dio una entrevista muy personal el domingo en un programa de CBS. La cantante estadounidense de 30 años, habló de temas como su quiebre sentimental con el actor Taylor Kinney y Joanne, su quinto disco de estudio, dedicado a una querida tía ya fallecida.

Sobre su quiebre con Kinney, la voz de "Bad Romance" comentó que creía que, a veces, las mujeres aman con todo lo que son "Y, algunas veces, no sé si ese amor se encuentra con el tipo de dignidad con el que nos gustaría que se encontrase".

En cuanto a Joanne, contó que fue muy especial mostrarlo a su papá y su abuela. "Mi papá estaba muy emocionado. Y mi abuela también lo estaba. Me tomó la mano y me dijo: 'Espero, querida, que no estés muy sensible mientras pongas esta música en el mundo', no quería que me obsesionara con la muerte de mi tía".

Pero quizás el tema más complejo que abordaron fue su vida actual y la razón por la cual hizo una gira por "bares de mala muerte" para promocionar este trabajo discográfico. "Me recuerda que si este se fuera a ir mañana, todo el gran éxito, seguiría siendo feliz. Yendo de bar en bar, tocando música para la gente".

Luego, la cantante se puso muy emotiva al hablar sobre la fama: "En cuanto salgo al mundo, de cierto modo, le pertenezco a todos los demás. Es legal seguirme, es legal acosarme en la playa, no puedo llamar a la policía ni pedirles que se vayan".

En este punto, el presentador del programa, Lee Cowan, le preguntó a la joven de nombre real Stefani Germanotta, si la idea tras este disco era "hacer lo que quiere". Gaga, contestó "Sí, señor" y luego de secar una lágrima dijo: "Echo de menos a la gente. Echo de menos ir a cualquier lado y conocer a una persona de manera aleatoria, decirle 'Hola' y tener una conversación sobre la vida. Amo a la gente".

Hace unos días la cantante envió un mensaje vía Twitter apoyando la recuperación del rapero Kanye West.

nrv

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