"Cuando yo me muera que suelten palomas/para que en sus alas se lleven mi alma/que les den permiso en la iglesia de Guasave/para que repiquen por mi las campanas" cantaba Valentín Elizalde, exitoso cantante de banda, que fue asesinado hace diez años cuando salía de una presentación en Reynosa, Tamaulipas. Tenía 27 años.
Existen varias versiones sobre su muerte pero la causa aún no está clara. La línea más fuerte, se dice, es que interpretar la canción "Para mis enemigos" molestó a un cártel enemigo de otro con el que, supuestamente, el cantante simpatizaba.
Otras causas señalan que a Elizalde se le ofreció cantar en una fiesta privada al término de su presentación en el palenque de Reynosa pero él se negó, alegando cansancio. Entonces, como respuesta, fue asesinado.
En 2007, los hermanos del cantante admitieron que dejarían los narcocorridos por "incitar a la violencia" y se enfocarían en corridos sanos. "Decidimos, todos los hermanos que nos dedicamos a cantar, no tocar más esos 'narcocorridos' porque incitan a la violencia, y para evitar herir susceptibilidades o crear ofensas en quienes no soportan este tipo de cancions", dijo en aquella ocasión Jesús El Flaco Elizalde.
En vida, Valentín Elizalde -nacido en Navojoa, Sonora, en 1979- gozó de gran popularidad entre el público pero tras su muerte la venta de sus discos se elevó de tal manera que un directivo de Universal Music -disquera a la que pertenecía- dijo que se colocarían el mercado 250 mil copias de su álbum Vencedor así como de los ocho discos previos que "El Gallo de Oro" firmó con esa empresa.
A diez años de su muerte, sus seguidores aún lo tienen muy presente. En plataformas como YouTube sus temas siguen siendo visitados y sus fans los califican de "clásicos" al tiempo que expresan extrañar al intérprete de éxitos como "Te quiero así", "Lobo domesticado", "Vete ya" y "Soy así".
sc