A 25 años de su muerte, Freddie Mercury sigue siendo una leyenda. El líder y compositor de Queen es recordado en su aniversario luctuoso, el 24 de noviembre pero de 1991, cuando partió pero dejó un legado que no se ha olvidado.

La agrupación tiene más de 200 millones de discos vendidos alrededor del mundo y él, junto a sus compañeros Brian May, Roger Taylor y John Deacon dejaron un precedente musical con 14 álbumes de estudio, uno de ellos póstumo a su muerte.

En sus últimos años, Mercury vivió en Montreux, lugar en donde se realizó en su honor una estatua de tres metros de estatura. Tal es su influencia en el mundo, que anualmente cada 3 de septiembre se celebra un día para él llamado Freddie For a Day, en donde se recaudan fondos para Mercury Phoenix Trust Aids Charity.

En 1987 descubrió que era portador del Sida, pero no lo aceptó públicamente hasta justamente un día antes de su muerte.

“He procurado mantener oculta esta situación para proteger mi vida privada y la de quienes me rodean, pero ha llegado el momento de que mis amigos y fans de todo el mundo conozcan la verdad, y espero que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos cuantos luchan por combatir esta terrible enfermedad, para luchar contra ella”, dijo el 23 de noviembre de 1991.

A los 45 años lo venció una bronconeumonía al lado de la inseparable Mary Austin, quien dijo el amor de su vida, y amigos que lo fueron a visitar como Elton John y Dave Clark. El lugar donde descansan sus cenizas es un misterio, pues le encargó a Mary Austin encargarse de ellas y no revelar su ubicación así como planeó que en su funeral sonara el tema “Barcelona”, que grabó con la española Montserrat Caballé.

Su muerte no fue fácil pues por decisión propia dejó de tomar sus medicamentos, pese a sus continuos dolores, su delgadez extrema y casi ceguera. Su casa fue su guarida y pocas veces salía de ahí, por lo que sus apariciones públicas disminuyeron.

Una de las últimas que hizo, en mayo de ese mismo año, fue para el video de la canción “These are the days of our lives”, en donde usó maquillaje para disimular aunque en unas escenas detrás de cámaras se le vio con dificultad al caminar, lo que acrecentó los rumores de la prensa sobre su salud.

Consciente del proceso que pasaba su también amigo, su compañero en Queen Brian May le escribió una canción titulada “The show must go on”, con un mensaje conmovedor cuando le quedaban pocos meses de vida, lo que él aceptó grabar.

Años después el diario The Guardian publicó una entrevista con su última pareja y quien lo acompañó hasta el final, Jim Hutton. “Tenía un gotero a su derecha por si necesitaba una transfusión de sangre, pero todo lo demás de la habitación estaba exactamente como había sido siempre. En los últimos días Freddie dejó de comer alimentos sólidos, sólo comía frutas y bebía jugos. Se despertó a las seis de la mañana, quería que le ayudara a ir al baño. Estaba terriblemente débil y tuve que llevarle en brazos. Al colocarle de nuevo en la cama oí un crujido ensordecedor, sonaba como un si se le rompiera algún hueso, partiéndose como la rama de un árbol. Gritó de dolor y le dio una convulsión.

“Cuando le estaba poniendo una camiseta limpia y un par de calzoncillos, sentí que trataba de levantar la pierna izquierda para ayudar un poco. Fue lo último que hizo. Bajé la vista hacia él sabiendo que estaba muerto”.

cvtp

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