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Ahí estaba la diva. Por ella, la espera de más de un año había valido la pena. Y no sólo había sido la espera, también los ahorros, la emoción y, de paso, todas las historias de amor que transcurrieron en 365 días.
Adele llego diciendo “Hello, it’s me” y entonces todos gritaron, todos se levantaron y le aplaudieron. Con un sutil melodrama, la británica pisó suelo azteca y por primera vez en su carrera impresionó con su voz a más de 17 mil mexicanos. “¿Quién compró su boleto las navidades pasadas?”, preguntó con su acento inglés. “¡Pues feliz Navidad!”, dijo alegremente, lo que hizo sonreír a más de uno.
Al aparecer lo hizo con una bandera de México y con ella danzó sobre el escenario mientras la gritería no cesaba. “Hello... I’m in México”, dijo.
Entre sonrisas y dueña de su voz potente, Adele estuvo parlanchina y risueña, contando anécdotas y presumiendo la producción de su show.
Interactuó con sus fans, quienes le celebraban cada comentario. “¿Están listos para pasar un gran momento? Habrá muchas canciones y muchas de mi ex novio, pero esta será la única con la que bailarán”, y así dio paso a “Rumor has it”.
En medio del escenario, acompañada de sus músicos y enfundada en un vestido negro brillante, también tuvo el tino de guiñarle a sus fans mexicanos. Porque para el tema “Hometown glory” presentó escenarios característicos de la Ciudad de México. Pero no todos eran mexicanos, porque también estaban los que, por ejemplo, llegaron desde Guatemala y que gastaron casi 500 dólares para ver a la británica, como es el caso de Fernando.
A sus 25 años y con la ayuda de sus padres pudo cumplir su sueño, el de ver a esa mujer, que con su talento le endulzó el oído.
Y bueno, no es que todas sus canciones sean precisamente dulces. “Llevo siete años cantando temas de un chico al que odié. Por eso me hace tan feliz cantar esta canción que no es sobre mí”, dijo al presentar “Make You Feel My Love”, cover de Bob Dylan.
Adele disfrutó estar en medio del público y entre uno y otro escenario tuvo de cerca a aquellos que denominó como el mejor público y exclamó que la hacía muy feliz estar ahí entre ellos.
Hablo de su maternidad y de sus amores pasados, a quienes agradeció por darles la oportunidad de haber estado en su vida.
“Ahora estoy muy feliz y eso es lo que cuenta”, confesó.
Entre el cambio de sus escenarios, saludó a sus seguidores y se impresionó porque muchos de ellos venían de otras partes del mundo a verla. Incluso se sorprendió ante la presencia de lo que ella denominó un “vampiro”.
Subió a una fan al escenario para cantarle “Feliz cumpleaños”. La afortunada lloró y se dejó apapachar por la cantante, quien expresó que este era su show 105. Compartió que es una fan de la cultura mexicana y que en su casa hay muchas pinturas y adornos propios de nuestro país.
Entre los temas que se escucharon en el Palacio de los Deportes estuvieron “Sweetest Devotion”, “Chasing Pavements”, “Someone Like You”, “Set Fire to the Rain”, “When We Were Young”. “Gracias, México”, dijo en su última canción: “Rolling in The deep”.