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Indio.— La clase incomparable de Bob Dylan y unos The Rolling Stones explosivos y arrolladores deslumbraron este viernes en el festival Desert Trip, en una primera jornada que sólo fue el entrante de un impresionante cartel que presenta este sábado a Paul McCartney y Neil Young, y el domingo a Roger Waters y The Who.
Vendido como el festival de festivales y como una ocasión irrepetible en la historia del rock, el esperado Desert Trip abrió sus puertas este viernes en Indio, la misma ciudad californiana que acoge el evento de música alternativa Coachella.
En un entorno relajado y multigeneracional, quizá impropio del enloquecido desorden que se espera de un festival de rock, el amplio escenario se vistió al atardecer con tonos morados que se reflejaban en las primeras filas, dedicados a las entradas exclusivas. Porque en este festival hay asientos y son confortables. A diferencia de las explanadas que dominan estos espectáculos, en el Desert Trip se cubrió el campo con butacas y se levantaron sólo para esta ocasión dos tribunas a los costados. La comodidad es la regla a toda prueba, considerando que el público mayoritariamente es adulto y promedia los 50 años.
Cuando el sol se apagó sobre el desierto californiano apareció Bob Dylan refugiado tras el piano, con traje oscuro y sombrero blanco de ala ancha, para abordar una traviesa “Rainy day woman # 12 & 35” que, quién lo diría, en 2016 cumplió 50 años.
Mucho más dulce, casi encantadora, fue en cambio “Don’t think twice it’s all right”, antes de que Dylan pisara a fondo el acelerador para el rock en combustión de “Highway 61 revisited”.
Asimismo, las proyecciones del recital apuntaron a la vena nostálgica de los fans con imágenes épicas, en obligatorio blanco y negro, de manifestaciones, trenes en movimiento, coches surcando ciudades en crecimiento, fábricas humeando y grandes avenidas en su esplendor, como si quisieran emparentar las canciones de Dylan con una parte fundamental de la gran narración estadounidense.
Entre el misterio y la certeza y mezclando en su chistera el rock, el blues y el country, un elegante Dylan, que no abrió la boca nada más que para cantar y tocar su armónica, gobernó el concierto con autoridad y mucha clase.
Las tensas y cortantes “High water (For Charley Patton)” y “Desolation row” anunciaron el camino de una inmensa “Ballad of a thin man”, cuyo famoso grito “Do you, Mr. Jones?” retumbó en las tierras áridas de California antes de que Dylan se despidiera con “Masters of war”.
Quienes no pidieron permiso para asaltar el escenario fueron The Rolling Stones. Una explosiva e infalible “Start me up” levantó de sus asientos, en un instante, a todo el público y plantó la semilla para un concierto atiborrado de dinamita, baile y nervio eléctrico.
Ni un segundo tardó Mick Jagger, con chaqueta roja y azul y camiseta con el logo de The Rolling Stones, en comenzar su adorado desfile de garbeos, miradas al público y gestos exagerados, propulsado, además, por las guitarras trenzadas y siempre excitantes de Keith Richards y Ron Wood.
La banda británica no llegó al evento de vacío, ya que recientemente anunció la publicación del álbum Blue & Lonesome, un regreso a sus raíces del blues y su primer trabajo desde A Bigger Bang (2005). De este nuevo disco tocaron “Ride ‘Em on down”.
No hubo muchas concesiones a su repertorio más íntimo, pero “Wild horses” fue una de las canciones más celebradas de su presentación.
Entonces Sus satánicas majestades abordaron, por sorpresa, nada menos que “Come together” de The Beatles y, desde un palco muy alejado de los focos, Paul McCartney, que actuará hoy en Desert Trip, acabó aplaudiendo la versión y levantando el puño completamente satisfecho.
La fiesta ya no tenía freno y The Rolling Stones soltaron toda la artillería, hasta rendir cualquier resistencia: “Miss you”, “Gimme Shelter”, “Sympathy for the devil”, “Brown sugar” y “Jumpin’ Jack Flash”.
Tras semejante descarga sólo quedaron los bises y Jagger y compañía dijeron adiós con “You can’t always get what you want”, acompañados por un coro, y “(I can’t get no) Satisfaction”.
El sábado se presentó Paul McCartney y Neil Young, hoy, Roger Waters y The Who.