Más Información
Felipe Calderón y Margarita Zavala festejan Navidad con sus hijos; “les mandamos nuestros mejores deseos”, expresan
Adriana Malvido invita a unirse al nuevo movimiento ambiental ABC/MX; convoca a la juventud para enfrentar la crisis climática
José Ramón López Beltrán y su familia agradecen apoyo con foto navideña; “nos sentimos muy afortunados”, dicen
Claudia Sheinbaum y Jesús Tarriba envían mensaje a mexicanos; “gracias por lo que hacen por sus familias y por México”
Decomisan arsenal, granadas y equipo táctico en Pantelhó, Chiapas; catean rancho tras enfrentamiento
Hoy en día es común escuchar hablar del próximo concierto en México de Roger Waters, The Rolling Stones o Guns ´N Roses, pero en décadas como los 80 o 90 eso era algo impensable.
Aquella era una época plagada sólo de artistas nacionales, en la que radio y tv se atestaban de exponentes como Yuri, José José, Lupita D´Alessio y un sinnúmero de cantantes surgidos de programas como Siempre en Domingo y el festival OTI.
Por ello 1993 fue el año que marcó un antes y un después en la historia de la música en vivo en México.
La llegada a final de ese año de El Rey del Pop, Michael Jackson, y unas semanas más tarde de Madonna hicieron que el país se paralizara. Por lo menos fans y algunos políticos.
Por aquellos años, el negocio del entretenimiento y la música en México estaba prácticamente dominado por la empresa Televisa, que era la principal pantalla para los cantantes a través de sus canales de
televisión, estaciones de radio, sellos discográficos y publicaciones.
Eso no impidió, sin embargo, que los medios de comunicación siguieran el evento del año, la llegada de los “reyes del pop”.
Más inaudito fue que ambos artistas estuvieron en suelo mexicano al mismo tiempo y que los dos ocuparan las páginas de los diarios y noticieros.
EL UNIVERSAL dio seguimiento a la llegada, preparación y shows de Jackson.
Durante toda una semana, el diario se convirtió en la sombra del cantante estadounidense, incluso le dedicó tres de sus portadas de aquel año para narrar cada uno de sus rítmicos pasos.
Michael vino a México a ofrecer tres conciertos, programados para el 29 y 30 de octubre y el 2 de noviembre; pero después se anunciaron dos nuevas fechas para el 4 y 6 de noviembre, lo que obligaba a recorrer el concierto del 30 para el 31.
Aquellas fechas distaban mucho de la visita de Madonna a México las cuales tendría lugar el 10, 12 y 13 de noviembre.
La sorpresa se dio tras los dos primeros conciertos de Jackson, cuando El Rey tuvo que posponer su show del 2 de noviembre porque le acaban de extraer una muela.
Esto obligó a que sus restantes tres espectáculos se llevaran a cabo el 7, 9 y 11 de ese mismo mes. Así la Ciudad de México pudo escuchar un día a Madonna y otro a Michael. Durante una semana la realeza del pop habitó en México. Ambos fueron recibidos por el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari.
Por esos días los medios especularon sobre la posibilidad de que los dos artistas pudieran compartir el escenario en el entonces Distrito Federal, algo que no pasó.
EL UNIVERSAL narró cómo, tras posponer sus show Jackson, la nueva fecha del intérprete de “Thriller” se llevaría a cabo en la misma fecha que uno de los concierto de la cantante de “Like a prayer”.
Incluso se dijo que las autoridades de la ciudad darían preferencia a Jackson sobre su colega. Al final las fechas se acomodaron y México pudo disfrutar de algo nunca antes visto en el país.
Las páginas de este diario detallaron el show de Jackson, desde su llegada al entarimado hasta cuando realizó su famoso paso “moonwalker” e incluso cómo los miles de asistentes fueron testigos del momento en el que el cantante llegó al escenario surcando los aires, gracias a un aparato de propulsión.
Por su parte los conciertos del tour The Girlie Show de Madonna estaban plagados de su estilo e irreverencia y en México eso quedó constatado. En el escenario se mostraba sexual, jugaba con objetos religiosos e incluso mostraba señas obscenas, algo que la para la sociedad de hace dos décadas era escandalosos.
rad