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El Palacio de Bellas Artes recibió como todos los domingos a extranjeros y locales para las visitas guiadas de siempre. Sin embargo, personal estaba en medio del trajín limpiando el mármol, arreglando jardineras y montando templetes.

La “chaineada” a razón de Juan Gabriel y su homenaje de hoy, no interrumpió el ánimo de los visitantes, curiosos y de los que están tanteando el terreno para poder estar cerca las cenizas de El Divo de Juárez.

La tienda de recuerdos del Palacio de Bellas Artes también suena a Juan Gabriel con un selecto soundtrack de sus mejores canciones y que resuenan en el interior.

A las afueras del recinto blanco aún está la ofrenda que los fanáticos montaran luego de la noticia hace ocho días. A pesar de la lluvia, las velas, las flores, fotos y mantas siguen siendo objeto de fotografías e incluso el pretexto para que los más osados se echen un palomazo en honor a su ídolo.

“Estoy aquí en Bellas Artes para que me saquen en la tele. Sí, hay una cámara, no sé de dónde sea pero voy a salir en la tele”, dice una mujer al teléfono mientras se pone en el mejor lugar alrededor de la ofrenda.

Las cámaras de televisión, grúas, escenarios, toman las instalaciones del centro de las Bellas Artes para recibir la llegada no sólo de Juan Gabriel, sino de todos aquellos que quieran cantarle, recordarle y agradecerle por su música, esa que les hace cantar.

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