Un canto perenne se ha apoderado de esta ciudad fronteriza desde el domingo pasado, fecha en la que el hijo predilecto de Ciudad Juárez, Juan Gabriel, falleció luego de brindar su último concierto en California, Estados Unidos.

Desde que se supo del deceso del llamado Divo de Juárez, los habitantes no han cesado de cantar y cantar, a veces acompañados con cualquier instrumento o con diversos dispositivos, y cuando estos no están disponibles a capela.

Ciudad Juárez se ha convertido en una rockola, aquel aparato que se encontraba en restaurantes y cantinas cuando el cantautor juarense iniciaba su carrera como compositor e intérprete; donde quiera que el turista camine puede escuchar las canciones.

El lugar más recurrente para los juarenses es la esquina de 16 de Septiembre y Colombia; desde el domingo allí se han reunido para cantar, a veces como solistas, otras como grupo, sus canciones favoritas.

En esta primavera, "El Noa Noa", "Te voy a olvidar", "Qué necesidad" y otras muchas son parte del repertorio que lugareños y fuereños cantan una y otra vez, sin mostrar ningún cansancio.

Pero no sólo es en ese lugar, sino también el Centro Histórico, allá donde estuvo la cantina Noa Noa, que marcó los inicios de la carrera del cantautor, algunos de sus seguidores se dan cita para cantar y cantar sin cansancio.

También en los restaurantes, en los autobuses y todo aquel lugar que sirva de foro algún juarense encenderá sus dispositivos y se podrá escuchar cualquiera de los cientos de canciones compuestas por Juan Gabriel.

"Siempre en mi mente", "Querida", "Amor eterno", "No tengo dinero" y otras se escuchan como si fuera una consigna de los juarenses hacer lo que el llamado Divo de Juárez hizo a lo largo de 45 años que duró su carrera artística.

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