erika.monroy@eluniversal.com.mx

“Estas son las reglas que pone la producción: para ir al baño tienen que esperar a que alguno de nosotros los lleve, lo harán lo más rápido posible porque los tiempos de corte pueden durar unos minutos y no podemos afectar la toma. No pueden dejar su asiento y salir, esperarán nuestras instrucciones”, dice un joven de playera negra a los integrantes de la fila afuera de la puerta 1 de Televisa San Ángel.

Son las 8:00 horas y algunos ya llevan ahí hora y media. Unos están por convicción propia y están emocionados porque verán de cerca a Paulina Rubio, Pepe Aguilar y David Bisbal, los conductores del nuevo reality musical de Televisa, La Apuesta. Otros son parte de una excursión escolar, pero igual están emocionados.

Luego de dar las instrucciones, el joven animador se tienta el corazón y dice: “Si quieren comprar algo de comer antes de entrar sería lo mejor, porque nosotros les damos un lunch, pero puede ser hasta las 11 o la una”.

Faltan unos 20 minutos para las nueve y es momento de entrar. Pero antes de acceder a los pasillos de la llamada “fábrica de sueños” hay que pasar un filtro de seguridad digno de cualquier aeropuerto estadounidense.

Fuera celulares y a vaciar las mochilas y bolsos de mano. No pasan libretas, plumas, sombreros, selfie sticks o equipo de grabación. Luego entregar las pertenencias hay que pasar a un escaneo por si se cometió la osadía de esconder algo entre las ropas.

Los fans que ya han ido tres días seguidos presumen de que conocen las instalaciones y de lo que han convivido con los artistas.

En lo que los animadores terminan de acomodar a todos en su lugar llega el momento de entretenerlos.

Los más jóvenes deciden presumir sus dotes vocales y ante la pregunta de ¿quién quiere cantar?, varios alzan la mano. Y así dan casi las 10 de la mañana, dato que se conoce porque alguien pregunta. En el foro no hay reloj, y sin celular es difícil saberlo. “Empezamos en 20 minutos”, se escucha.

Los minutos faltantes dan la oportunidad de cabecear a algunos. La desmañada es implacable. Después de un rato, Cynthia Urías y Leonardo de Lozanne dan las bienvenida al programa que se estrena el 9 de octubre en las estrellas. “En un momento entrarán los ídolos, les pedimos que aplaudan muy fuerte”, se oye.

Los videos de Pepe Aguilar se proyectan. El charro aparece en su look más pop y con sus lentes oscuros agradece con mímica los aplausos. Lo mismo harán Bisbal y Paulina Rubio.

La cantante hace malabares para hacer que su corto vestido no deje su lugar. “Corte”, se escucha.

Y entonces los asistentes y maquillistas suben al escenario para dar un retoque a los famosos. Los piropos empiezan. Las mujeres se deshacen en frases coquetas y luchan por la atención de Pepe Aguilar y David Bisbal.

El español parece el más coqueto. “Te amo es una cosa muy fuerte”, exclama mientras la producción coordina a los participantes del reality.

Pepe Aguilar parece no escuchar las adulaciones y proposiciones de matrimonio y paternidad. “Pepe, te invito el desayuno”, se oye. “Eso sí lo oí y quiero ver”, responde. Entonces todo se interrumpe para que los participantes suban al escenario en donde por casi un minuto cantan algún cover.

La dinámica de los shows musicales se repite. Ellos cantan y los famosos les dicen, si atinan, uno que otro consejo. El juicio llega en la cuarta participación. Los cortes siguen. Aunque parecen rápidos hay quienes quieren ir al baño. Pero hay que esperar y, sí quedan espacios, hay que recorrerse. Música, decisiones, y más interacción con el público por parte de los caballeros en el set, porque son pocas veces las que alguien piropea a Paulina Rubio.

La Chica Dorada sonríe, hace la seña de amor y paz y pregunta cómo la están pasando. Eso es todo. Dos o tres veces sucede. Los demás se centran en Pepe que incluso cuenta anécdotas y chistes para el público. Bisbal por su parte tontea y hace cosas chuscas para hacer más ameno el momento.

Corte, corte, corte... Queda, es la buena. Y ya el momento de dar el corte a comer. El público está bajo de energía y se oyen quejas sobre la promesa del lunch que parece nunca llegará. Pero antes de emprender la graciosa huida hay que hacer unas escenas en donde el público juega un papel importante: salir de fondo. Urias y De Lozanne vuelven a aparecer. Toma uno y dicen en un resumen lo que pasó. Se equivocan. Toma dos, se traban. Toma tres, no lo dicen con la entonación adecuada. Toma cuatro, lo dicen muy rápido. Toma cinco, queda.

Es momento de irse. Pero no todos. Se deben esperar instrucciones. Hay la posibilidad de quedarse al segundo turno. De nuevo hay que salir y formarse. Los que no, ya pueden salir para que les entreguen las pertenecías confiscadas. Son pasadas las 15:00 horas.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses