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alejandro.rodriguezd@eluniversal.com.mx
Inglewood.— Nada. No hay rastro alguno en el Forum de California que recuerde que en su interior Juan Gabriel dio su último concierto. Ni una foto, placa, ni pensar en una estatua. Para el coloso de 51 años se trató sólo de uno más de los varios eventos que alberga al año. No así para sus seguidores.
El 26 agosto se dieron cita 17 mil 500 personas para escuchar a El Divo de Juárez, en su mayoría mexicano-americanos y gente de diversos países de Latinoamérica, una de ellas, fue Erika Ríos, que vivía junto a su madre su primer concierto de Juanga.
“Era la primera vez que iba a escuchar a Juan Gabriel. Cuando empezó el concierto fue entretenido, se le veía cantando bien, con mucha energía”, relató Erika.
Juan Gabriel cantó canciones como “Así fue”, “Para qué me haces llorar”, “Amor eterno”, “Ya no vivo por vivir”, “No vale la pena” y “Se me olvidó otra vez”. Cuando interpretó “Querida”, miles de celulares se encendieron para grabar el instante.
“Al pasar de las canciones me percaté que tenía muy cerca cuatro sillas a su disposición. Por momentos se mostraba sofocado y empezaba a respirar más profundo. Cada que terminaba de cantar, se iba a sentar. Acabó su show, cantó por casi tres horas y nunca pasó nada que nos hiciera pensar que estaba malo de salud”.
Dos días después se expandió la noticia de su fallecimiento. Ese domingo tenía programado concierto en El Paso. Apenas un post en las redes sociales del Forum fue el único homenaje que le rindió el recinto a Juanga por haber dado su último concierto ahí.
Tampoco hubo menciones especiales en sus eventos posteriores y esa misma indiferencia se extendió en toda la metrópoli angelina.
“La gente se enojó porque en California no se hizo nada especial. Nosotros queríamos que nos lo dejaran ver porque aquí falleció y aquí dio su último concierto. Supongo que fue decisión de la familia”, reflexionó Ríos, a quien aún se le quiebra la voz al hablar de la partida de Juan Gabriel.