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Acapulco.— El calor del clima en Acapulco es el mismo con el que Alejandro Fernández salió al escenario de la Expo de Mundo Imperial como parte de las actividades de la Era Familiar Princess en la cuidad para brindar un espectáculo de más de dos horas.

Con más de una hora de retraso, lo que generó la notoria molestia de los cerca de ocho mil asistentes, el cantante salió al escenario a las 22:23 horas. El público muy pronto perdonó a Fernández cuando escucharon los acordes de “Cóncavo y convexo” y “Se me va la voz”, que iniciaron su repertorio y en donde lo acompañaron tres coristas, mismas que después fungían como sus bailarinas.

“Buenas noches, Acapulco. Qué rico estar aquí con todos ustedes”, saludó Fernández antes de “Cuando digo tu nombre”.

Junto a nueve músicos y portando un traje negro continuó su show no sin antes hacer un homenaje al compositor de “Estuve”, Joan Sebastian. “Hasta el cielo un fuerte aplauso para el maestro Joan Sebastian”, expresó. Más tarde también recordaría con sus créditos a Roberto Carlos en “Desahogo” y a Miguel Bosé en “Te amaré”.

El romanticismo no tardó en llegar y la mujer se hizo protagonista ya sea en “Te voy a perder” y “Tu amor me hace tanto bien”.

“Vamos a desnudarnos con el corazón y el alma”, dijo previo al pequeño set acústico en el cual puso emoción a su voz en “Me dediqué a perderte”, “No sé olvidar” y “Si tú supieras”, para recibir de su público un ramo de flores a lo que Alejandro respondió en agradecimiento besando a una niña cercana a él.

El cambio a charro por fin sucedió, así que portando traje y sombrero se hizo acompañar por su mariachi con “Dónde vas tan sola”.

“Hoy México y todo el mundo necesita de nosotros, de los colores, la unión y el empeño para dejar a las nuevas generaciones libertad, fuerza, una vida digna y el pilar son esos maravillosos seres que nos regaló la vida: las mujeres”, argumentó para elogiar al género del mariachi, proveniente de su Jalisco, para dar pie a “Mátalas”.

La parte más movida de su concierto siguió con canciones como “Abrázame”, “No”, “Loco”, “Nube viajera”, “Tantita pena” y “Cómo quien pierde una estrella”, con la que se despidió. Pero el cantante volvió tras el pedido de “otra” con un popurrí de las mejores de las canciones de su padre Vicente Fernández como “Hermoso cariño”, “Estos celos” y “Acá entre nos”.

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