Los poetas no sólo tienen palabras bonitas ni historias tristes de amores frustrados. También hablan de política y de la sociedad. Ahora, imagine la combinación de tres poetas, tan distintos pero cuyo talento es parecido.

Las cuerdas, las guitarras y la pasión de la voz hicieron que varias generaciones se reunieran en el Auditorio Nacional para escuchar a Fernando Delgadillo, Óscar Chávez y Pablo Milanés.

Los tres poetas hicieron el tiempo volver. Y no sólo para aquellos que cantaban a todo pulmón historias que en el pasado les hicieron sentir, también había jóvenes, muy jóvenes que aman la trova y sus cuerdas.

La bienvenida corrió a cargo de Fernando Delgadillo, quien de mezclilla y camisa informal le agradeció a sus “hermanos” por estar ahí. Y con su particular sentido del humor contó las anécdotas que, supuestamente, dieron vida a sus canciones.

Entre risas y con su guitarra en brazos el cantautor interpretó sus temas como “Pronóstico del tiempo”, “Hoy ten miedo de mi”, “Serenata”, “Entre pairos y derivas”, entre otras. Para algunos temas tuvo el acompañamiento de sus músicos e incluso invitó a una orquesta de violines para hacer “más acá” el tema.

Con “Tu prisa”, “Momentos pendientes”, “Tiempo ventanas” y “Llueve” completó 60 minutos de su música, de sus historias y hasta chistoretes que provocaron la risa de las casi 10 mil personas que estuvieron ayer en el Auditorio Nacional.

Ahí también se dio la oportunidad de compartir el micrófono con Óscar Chávez, quien enfundado en negro se sentó para cantar sus temas conocidos y hasta los suyos sin importar si el público las conocía o no.

De ahí las canciones como “Déjame morir en ti”,  “Nunca jamás”, “Duele” “Yo ya me voy”, entre otras resonaron con su potente voz por el recinto.

A sus 82 años, el compositor tiene claro que quiere mandar mensajes mucho más contundentes que aquellos que cuentan historias de amor.

Con temas como “Se vende mi país”, “Chiapas” y “Hasta siempre” demostró que el tiempo no ha hecho muy diferentes las cosas y que las mismas injusticias de aquellos años  siguen presentes. De esta forma y, de nuevo, sin importarle si el público se las sabía o no, cantó y cantó.

Sin embargo, también dio oportunidad a que aparecieran temas “bien azotados” como “Macondo”, “Regalé mi alma”, “Perdón”, “Y” y unas tantas más.

Antes de irse del escenario, cumplida su hora, compartió el momento con Pablo Milanés y la canción “Por ti”.

Ya con el escenario sólo para él, Milanés, quien también eligió el negro de la noche para vestir, cantó un poema de Amado Nervo, “En paz”. Y así el poeta cubano se dedicó no sólo a cantar sus temas más conocidos, también algunos nuevos.

La conjunción no fue molesta para los asistentes, quienes ya pasadas de las 23:00 horas estaban entre desistir, por aquello del metro, o seguir sentados para escuchar historias como "Cuándo gané, cuándo perdí", "Si ella me faltara alguna vez" y "Amo esa isla", un homenaje a Cuba, su país.

"El amor de mi vida" y "Los días de gloria" provocaron el aplauso de los asistentes. El recital, de estos poetas, músicos y cantantes terminó cuando los tres se unieron para cantar “La prefiero compartida”.

rad

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