Más Información
cristina.pineda@eluniversal.com.mx
Vicentico regresó a la Ciudad de México para enamorar al Plaza Condesa y reponer el show que había pospuesto por enfermedad. Acompañado por sus hijos Florián (guitarra) y el pequeño Vicente (batería) cerró un repertorio con clásicos de Los Fabulosos Cadillacs como “Vasos vacíos” y “Mal bicho”.
Aunque en su aparición al escenario, a las 21:15 horas, le pidió a su público paciencia para hacer una prueba de sonido, inició su repertorio con “Un diamante”, que ponía el ritmo mientras en la manta detrás de él se reflejaban las luces que cambiaban de color.
Junto a seis músicos continuó con “El rey del rock and roll”, “La carta”, “Viento” y “Si me dejan”.
Así llegó el momento en que se quedó solo en el escenario y con su guitarra remembró un pequeño set acústico que fue ovacionado, pues el cover a Roberto Carlos “No te apartes de mí” se apoderó de los coros.
Tras secarse el sudor con una toalla y hacer bromas a sus fans sobre aventarla, continuó con éxitos de la agrupación que integra junto a Flavio Cianciarulo: “Siguiendo la luna” y “El aguijón”. Sus músicos volvieron a escena para poner en alto el romanticismo de “Algo contigo” y ”Paisaje”, para dejar tiempo al desamor (y nuevamente al amor) en “Ya no te quiero”, “Creo que me enamoré” y una versión movida de “Morir a tu lado”, que provocó los saltos.
“Gracias por venir esta noche, nos vemos pronto. Ha sido un placer”, se despidió en una noche de pocas palabras con “Solo un momento”, pues el argentino sabe que aún le queda su presentación el fin de semana en el marco del Vive Latino.
Tras algunos gritos volvió para poner voz a “Último acto”, “Basta de llamarme así” y “Los caminos de la vida”, para ausentarse unos minutos. A las 22:50 horas apareció para presentar a su hijo de 7 años en la batería.