Un tema invisible -la violencia contra la mujer- no lo fue para Alejandro Sanz durante un reciente concierto en México. Al ver que un hombre golpeaba en el público a su pareja, Sanz detuvo el show, bajó del escenario y defendió a la víctima.
El cantante español ha declarado que este tipo de actitudes es una señal de alarma sobre lo poco sana que puede llegar a estar nuestra sociedad, e incluso en algunas de las canciones que incluye en su nuevo disco, Sirope, se oyen letras en ese sentido (“que no me inquiete el futuro de mis hijos”, en Silencio de los cuervos). “Esto ocurre en todos los países. Hay gente que dice que en México el machismo es más grande que en Turquía. Hombre, te aseguro que hay casos en Suecia que te alarmarías”, dijo en conversación días antes de los conciertos que ofrecerá en Perú.
Tampoco deja de lado una preocupación que comparte con buen sector del medio artístico latinoamericano. “El alza de Donald Trump en Estados Unidos es alarmante. Igual que en Europa, con los movimientos nazis que están resurgiendo”.
El autor de Corazón partío y Cuando nadie me ve dijo esperar con ansias su llegada al país sudamericano, “que ha cambiado mucho desde la primera vez que fui. Han crecido por encima de la media de otros países”.
Sobre Sirope cuenta que nació después de ocho meses de productivo encierro, tiempo en que compuso hasta 70 canciones (de las cuales quedaron 13) escribiendo todo: “las líneas de bajos, las baterías, el feeling”.
rqm