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victor.hernandez@eluniversal.com.mx
“¿Hey Joe, a dónde vas con esa pistola? / Voy a dispararle a mi mujer, que la descubrí saliendo con otro hombre”. Y tras cometer el crimen en un pueblo estadounidense, Joe huye hacía el sur… hacía México, donde en estos días hay un debate intenso por la apología del feminicidio que se hace en el videoclip “Fuiste mía” de Gerardo Ortiz y que ha hecho resurgir otros videos como el de Edith Márquez, “¿Quieres ser mi amante?”.
En el tema de Márquez, una mujer ve a su pareja con otra. Las dos mujeres se enfrentan en un duelo pero el final es inesperado: en lugar de dispararse entre ellas, asesinan al hombre. Al final, se toman un copa como si nada hubiera pasado.
“Hey Joe”, en cambio, es una canción tradicional estadounidense que el músico Jimi Hendrix popularizó con su extraordinaria guitarra en los años 60, pero no es la única melodía donde se habla del asesinato de una mujer (o intento del mismo) por cuestiones pasionales.
Joe no es el único que después de “matar” a una chica huye a México y su historia queda plasmada en una canción estadounidense.
En el “Cocaine Blues” de T. J. Red Arnall, que Johnny Cash popularizó se narra una historia similar, pero el protagonista, Willy Lee, mata a su mujer bajo el influjo de la droga: “Temprano, por la mañana, mientras daba la vuelta, inhalé cocaína y le pegué un tiro a mi chica. Fui directo a casa, a la cama, y guardé mi querido 44 bajo la almohada. Me levanté a la mañana siguiente, otro poco de cocaína, cogí la pistola y me fugue. Fue una buena fuga, pero demasiado lenta, y me cazaron en Juárez, México”.
Canciones de despecho o misóginas, donde se denigra o insulta a la mujer abundan en la cultura popular; melodías del rapero Eminem o del grupo Molotov, entre otros muchos, han sido consideradas machistas; aunque la mención directa al asesinato de una chica por celos y obsesión está claramente plasmada en melodías de otros compositores.
Incluso John Lennon, considerado el estandarte del pacifismo en la música pop, tuvo un terrible desliz contra la mujer, al escribir: “Preferiría verte muerta, muchacha, antes que con otro hombre”, en “Run For You Life”, del disco Rubber Soul (1965).
Aunque la estrofa ha quedado olvidad por los himnos de amor que escribió con Paul McCartney de manera solista, la frase está ahí.
En la guaracha “Mala mujer” de Joe Arroyo (1978) también se hace referencia, con el particular ritmo de la Sonora Matancera, a la intensión de atacar a una mujer “por no tener corazón”. El estribillo de la misma repite una y otra vez el “mátala, mátala, mátala / no tiene corazón, mala mujer”. Así, agresiones contra la vida de mujeres han sido contadas en melodías desde hace tiempo.