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aridiana.banos@eluniversal.com.mx
Amanda Lalena Escalante decidió recorrer un nuevo camino y dejó a un lado a Amandititita, su alter ego musical, y dejar que el público conozca su yo a través de Trece latas de atún.
“Es más fuerte y poderoso publicar un libro que enfrentar a un público, por más grande que sea. La música es tan desechable, todo es rápido, fugaz, y tampoco entras tanto en la gente como alguien que lee un libro y que te dice ‘me tocó el alma, yo también pasé esto, eso que sientes también lo siento yo”.
Trece latas de atún es el resultado de combinar su diario personal, el cual escribe desde que tiene 13 años, con una serie de cuentos creados en diversos momentos de su vida, que le darán un panorama a la gente que la sigue y a la que no la conoce, de quien es Amanda Lalena Escalante, la mujer y la artista.
“Es muy honesto, le abrí el corazón a la gente, mi pasado. Uno tiene derecho de hacer con su pasado lo que quiera, te puedes enganchar hasta resentirte o lo puedes usar como una herramienta de autosuperación. Creo que las cosas se fermentan cuando no lo sacas”.
Para darle forma a este texto tuvo que tomar distancia y dejar que alguien los puliera, tarea que le tocó a Andrés Ramírez, director literario de Penguin Random House México, y lo que logró dejó muy satisfecha a la artista; antes tuvo que reencontrarse con lo escrito años atrás para seleccionar lo que se publicaría y se dio cuenta de algo importante.
“Para mí llevar un diario me ha salvado en muchos momentos la vida, por el simple hecho de que tienes un diálogo contigo y ves cómo estabas hace 10 años, y de pronto te das cuenta que no has cambiado, que sigues igual. (El diario) lo hice para mí, pero ver de qué forma fuera más amable para la gente, que fuera fácil de leer, por supuesto estás pensando en el público y ha sido un experimento muy bonito”.
También se dio cuenta de lo que quería lograr como Amandititita en su primera época como artista musical. “Tenía muchas ganas de causar controversia. Los cuentos que más han llamado la atención son los viejos y la parte de la biografía, cuando era muy chava y decía lo que pensaba, ahora pienso lo que digo”, señaló la hija del fallecido músico urbano Rockdrigo Gonzalez.
Es precisamente la historia con su padre un capítulo que no podía dejar sin escribir, pero la también compositora aclaró que fue muy breve en ello.
“Hablo del cariño que siento por mi papá, pero es menos de una cuartilla, pero hablo de cómo he manejado la circunstancia de ser su hija, de su obra, sus regalías, de cómo te percibe la gente, pero no de lo que yo siento o mis recuerdos”.
Después de haber escrito Trece latas de atún, Amanda ve en la escritura una buena posibilidad para desarrollarse como artista sin titubear.