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erika.monroy@eluniversal.com.mx
Normalmente las fanáticas son las que lanzan piropos y coqueterías a sus artistas favoritos; en esta ocasión serían los cantantes los que se pusieron galantes y dedicaron halagos a sus seguidores, sin imporar sexo o edad.
“Hay que ver la cantidad de flores bellas que hay aquí esta noche”, dijo Carlos Marín luego de que él y sus compañeros de Il Divo hicieran una entrada dramática entre luces, sombras y el poder de los instrumentos de cuerdas.
Urs Bühler, David Miller, Sébastien Izambard y Carlos Marín llegaron a México para presentar el show de su nueva gira “Amor y pasión”, que contiene un repertorio de temas latinos.
Ellos sabían, desde un principio, que estos temas tendrían que ser tratados con la sensualidad propia de la región y lo hicieron moviendo las caderas, lo que provocó el grito de las asistentes.
Los coros del público eran mayormente femeninos y para haber llenado solamente la mitad de la Arena Ciudad de México tenían buen pulmón.
Con boleros, tangos y mambos, los cantantes de ópera pop convencieron no sólo el oído del público, también el ojo y una que otra complacencia.
Temas como “Bésame mucho”, “Si voy a perderte”, “Contigo a la distancia”, “ Historia de un amor”, entre otros los europeos no perdieron oportunidad de cantar temas más clásicos como una que otra aria.
Acompañados de bailarines y videos artísticos, los cantantes disfrutaron de estar en México, de cantar canciones que no eran extrañas al público y de presumir su español que les costó varias lecciones. Tan bueno fue su dominio del idioma que no hubo momento en que no chulearan a su público, a sus fans y que les interpretaran canciones de amor.
La orquesta fue cambiante y sin importar el género lograron satisfacer a los asistentes que en pleno inicio de semana se hicieron espacio para llenar los lugares más cercanos al escenario de la Arena.
De traje y sin corbata le dieron una nueva interpretación a canciones como “Por una cabeza”, “Quizás, quizás, quizás”, “Quién sera”, “Volver”, entre otras que se ganaron el aplauso.
Con una pantalla en donde el cambio de ambiente se hacia evidente, el cuarteto formado en el Reino Unido en 2003 tiene varias fechas y la próxima es el jueves en Monterrey.