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erika.monroy@eluniversal.com.mx
Adán está cómodo. Lo está porque por fin se siente maduro, se siente él mismo, lejos de sus alteregos y del apellido Jodorowsky. Está a punto de ser papá y acaba de hacer un disco con su mejor amigo Xavi Polycarpe.
Adán Jodorowsky vuelve a la escena musical con un sello independiente, con un disco orgánico, bilingüe y con la única intención de divertirse y curarse el corazón.
Ambos músicos se fueron a internar en un castillo francés, conectaron algunos instrumentos y grabaron en cintas con el sonido del tronar de la chimenea como fondo.
La dupla se la pasa haciendo bromas, ríen y sacan a la luz el lazo que los une. “Nos rompieron el corazón y esta fue la mejor forma que encontramos para curarnos, lo logramos, regresamos con nuestras mujeres y ahora estoy a punto de ser papá”, cuenta Adán, mientras hace algunos comentarios en francés a su amigo.
Los dos reconocen que el disco y el proyecto titulado Adán & Xavi y Los Imanes no tenía ninguna intención de salir a la luz y mucho menos a la parte comercial, sin embargo, encontraron que la calidad y el resultado valía la pena ser compartido.
Adán Jodorowsky estuvo un tiempo con Seitrack, la división de managment de OCESA, sin embargo, la relación se rompió hace poco y volvió a la parte independiente.
“Yo con ellos no tengo más que agradecimiento, sólo que llegó un momento en que era uno más en un mundo de artistas y yo necesitaba especial atención, alguien con quien poder mandarme mensajes y estar en contacto, por eso me fui”, explica el cantante.
El artista asegura que el nuevo disco no habla de desamor, sino de una forma de reencontrarse con ellos mismos, sanarse y poder recuperar el amor de sus doncellas.
“Les fallamos, porque somos difíciles, estar con un artista no es fácil, no estás mucho tiempo, siempre estás de gira y siempre tienes a muchas chicas debajo del escenario gritando tu nombre; eso es muy duro para nuestras parejas y este disco es una forma de decirles que estamos aquí para ellas”, agregó.
Xavi sonríe y mira a su amigo y reconoce que parte de lo que le gusta de estar alrededor de Adán es el buen humor que hay entre ambos, la complicidad y la conexión. “Con una mirada sé lo que está pensado, con una sonrisa sé lo que está ideando, tenemos algo que también podemos transmitir en la música”, explica el músico.