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janet.merida@eluniversal.com.mx
Desde las siete y media comienza a llenarse el Metropólitan, llegan parejas de todas las edades, familias, amigos y se acomodan para vivir una experiencia única junto a El Cigala, pues es la primera vez que ambos se encuentran en el recinto.
Minutos después de las ocho y media comienza a sonar el piano y alguien delata la presencia del intérprete en un costado del escenario dejando caer una lluvia de aplausos.
Él, callado, entra con una sonrisa leve y al llegar junto al piano pone la mano derecha en sus labios y lanza un beso a su público. Ya está listo para cantar el primer tema de la noche, “Te quiero te quiero”. Entre el público se oye un “Uh” y luego un coro que lo acompaña. En cuanto terminó entonó “20 años”.
“Buenas noches, amo a México con todo mi corazón, me siento muy feliz de estar aquí, hace un par de años desconocía el Metropólitan”, dijo mientras se alumbraban las dos esculturas que custodian el escenario.
Entre las canciones que se escucharon estuvieron “Compromiso”, “Corazón loco”, y “Se me olvidó que te olvidé”. Al fin de cada canción El Cigala salía del escenario entre los aplausos y hasta los ladridos de un perro que también se hizo presente.
Luego volvía, tomaba su lugar silenciosamente junto al piano, alzaba un pañuelo con el que de vez en vez limpiaba su rostro.
“Muchísimas gracias porque no saben lo que es para mí estar aquí esta noche” dijo mientras el piano entonaba “Amigo”. Justo al fin de esta canción una chica gritó en la oscuridad “¡Cigala, nos faltan 43!”
El artista por su lado, murmuraba constantemente cosas incomprensibles, tosía, cantaba.
Algunos ancianos se quedaron dormidos arrullados por las canciones mientras otros cantaban y algunos más sólo veían en silencio al artista de saco rojo.
“Esta vida Loca”, “Lloviendo ausencia”, y “Bien pagá” fueron otros temas que sonaron en el lugar antes que El Cigala concluyera con su concierto. El artista tendrá una nueva función el 19 de abril próximo.
