David Bowie se aseguró de que su familia tuviera un sustento económico grande después que él muriera ya que la cifra de su herencia ronda los 180 millones de euros que dejará a su segunda mujer y sus dos hijos, quienes estuvieron con él hasta el final.

Pese al gran éxito en su carrera, el cantante estuvo a punto de ir a bancarrota a mediados de los años setenta por sus malos negocios. Sin embargo, pudo recuperarse al comprar las regalías de sus trabajos más populares con iniciativas como las llamadas “bonos Bowie”, desde 1997, y con giras alrededor del mundo gracias a que la compañía de seguros Prudential llegó a un acuerdo para pagarle 50 millones de euros por los derechos de sus primeros 25 discos grabados antes de 1990.

“Era astuto financieramente y tuvo la precaución de tener las cosas creadas para cuidar de su familia. Era lo bastante inteligente como para tener confianza en sí mismo. La mayoría de los artistas se venden corto, y ellos no tienen cuidado con los derechos. Él fue capaz de mantener su legado. Sus canciones eran su bebé”, explicó el banquero David Pullman al sitio “Daily Mail”.

Bowie invirtió comprando y vendiendo casas en lugares como Nueva York, Los Ángeles, Suiza, Australia y Londres por medio de su propia empresa Isolar Enterprises con sede en la ciudad de la manzana.

En casi 50 años de carrera escribió más de 700 canciones y vendió más de 140 millones de discos.

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