Para estos fans no hay cansancio ni sed ni hambre. Están parados en el costado derecho del hotel Four Seasons desde muy tempranas horas y muchos también estuvieron ayer, todo para ver salir a Harry, Louis, Niall y Liam aunque sea unos segundos.
Alrededor de las once y media de la mañana los fans de One Direction hacen de todo: cantan fragmentos de sus canciones, gritan a cada vehículo que pasa y que parece sospechoso, observan detenidamente cada una de las catorce ventanas frente a ellos y al más mínimo movimiento o sombra gritan frentéticamente preparando al mismo tiempo sus celulares para registrar el momento.
También se entretienen con otras cosas. Si pasa alguien que les parece atractivo, no dudan en cambiar la dirección de sus halagos para gritar “¡Guapo, guapo!”.
Luego vuelven a sus peticiones originales “¡Que salgan al balcón!” “¡Liam, Liam (el que hasta el momento tiene más admiradoras)!”, “¡Saca la cabeza!”, y ya, cuando agotan todas las anteriores gritan “¡O salen o me meto!”.
De pronto a alguien se le ocurre sacar un espejito y reflejarlo en las ventanas. Acto seguido, muchos espejos de reflejan en la pared.
Una asistente ya desesperada grita con la voz ronca: "¡Ustedes me van a pagar el doctor!", y luego agrega que salgan porque se tiene que ir pero se corrige: “¡No, no tengo clases, no me importa!”, "¡Nosotros pagamos las cuentas ya salgan!", dice finalmente haciendo reír a todos.
Para varios de los aquí presentes, esta es la única oportunidad de ver a sus ídolos antes de su presentación esta noche.
rqm