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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Le llamaron el Enemigo Público Número Uno por asaltar cerca de 100 bancos e inmuebles; escapar tres veces de prisión, una de ellas mientras declaraba en un juzgado y ser perseguido, sin éxito, por casi 20 años.
Alfredo Ríos Galeana fue un joven ratero que pasó a formar parte de la policía en el Estado de México y viceversa; se desempeñó como boxeador, nadador y hasta cantante.
Cuentan que cuando robaba, entregaba fajos de billetes a mujeres que veía necesitadas y entre los agentes, se comentaba tenía pacto con el diablo.
“Creo que todos quienes lo conocían, sabían en su cabeza que era un personaje de película”, dice el cineasta José Manuel Cravioto.
De ese interés surgió la película Mexican gangster, bajo la producción de Lemon Films (Matando Cabos), que estrena este fin de semana.
Tenoch Huerta (Colosio, el asesinato) interpreta a Alfredo Ríos Granados, personaje inspirado en el asaltabancos; Paola Núñez (Deseo) a su novia y miembro de una banda integrada por Gerardo Taracena (El violín) y Noé Hernández (Miss Bala). Marco Pérez (Gloria), encarna al policía perseguidor.
“No es biográfica, sino hecha con investigaciones, con lo que se publicaba, con esas leyendas y mitos que se tejieron”, destaca Cravioto.
Paola y Tenoch junto con el realizador aceptaron contestar preguntas alusivas a la temática del filme.
¿Cuántos asaltos has sufrido?
Paola Núñez: Tres veces. Una en un puente peatonal cuando iba a TV Azteca para mi primera novela; la segunda un taxista y la tercera me bajaron del coche en que estaba y se lo llevaron.
Tenoch Huerta: Una vez en Ecatepec se paró la combi, se subieron dos tipos con pistola y me quitaron un disco que tenía “La Cumbia de los Pajaritos” y unos 20 pesos (risas).
José Manuel Cravioto: En la línea 7 del metro hubo alguien armado, haciendo como si viniera conmigo, que me pidió lo que llevaba y así estuve por cinco estaciones. Creo que traía 300 pesos y un radio que sólo sintonizaba una estación (risas). Todavía le dije que me prestara para el camión y me dio cinco pesos.
¿Alguna vez has robado?
PN: Cuando estaba chiquita iba a San Diego y con mi hermana competía para ver quién robaba más. Nos metíamos a tienditas de joyas de fantasía y salíamos con la bolsa llena.
TH: Alguna vez un gansito de una tienda. En otra pues, vivía en un fraccionamiento y los vecinos se iban de vacaciones, en una ocasión nos llevamos una hamaca, tenía siete años.
JMC: En la adolescencia fueron cosas como entrar a una tienda y esconder una botella de ron.
¿Cuándo te has sentido robado o ultrajado?
PN: Recién llegué al DF, alguien sustrajo mis ahorros, unos 15 mil pesos, y el banco no asumió responsabilidad.
TH: Desde que como ciudadano votas y no lo toman en cuenta, hasta cosas como que llegas a una producción, te dicen que no hay dinero y un día te enteras que el caballo gana en un día, lo que uno en dos semanas. Me pasó.
JMC: Lo que más me enojó fue un plagio: metí un guión de corto a un concurso, no quedó y luego me enteré que alguien lo había filmado con pequeños cambios.