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Tequesquitengo.— “Esta canción se la dedico a los desaparecidos de México”, exclamó Sting, el icono rockero que suele ser controvertido por su carácter explosivo. Ante la expresión, el público se le entregó.

Había pasado media hora de que comenzara su presentación en la Arena Teques, en Morelos cuando, en español, presentó “Fields of gold” y aprovechó para externar su sentir político y, tras ello, se escuchó un sonoro apaluso de las 7 mil personas.

Fue la cereza del pastel a lo que había comenzado poco después de las ocho de la noche. Más de 40 años de experiencia en los escenarios inundaron el lugar con un Sting dominador de los terrenos que pisa.

Al inicio había bastado con que dijera: “Buenas noches y muchas gracias”, también en español, para arrancar alaridos de su público.

En lo que fue su única presentación en la Arena Teques, ubicada a unos cuantos metros de la laguna, y con una temperatura de 25 grados centígrados, el ex líder de la banda inglesa The Police hizo notar su peso escénico.

La primera canción fue “If I ever lose my fiath in you”, seguida por “Every little thing she does is magic”, dos de las composiciones más populares en la década de los años 80.

Desde esas primeras rolas, el público se puso de pie con celular en mano buscando capturar el momento con fotografía o video al tiempo que coreaba.

“Soy Sting y estoy contento de estar aquí con ustedes”, dijo nuevamente en español el cantante. “¡Te conozco y te amo!”, se alcanzó a escuchar entre los asientos ocupados en su mayoría por personas maduras, quienes desde las seis de la tarde, dos horas antes del inicio del recital, ya esperaban el espectáculo.

Las amenazas que grupos campesinos habían hecho en la semana de cerrar los accesos a la Arena como reclamo al presunto uso de recursos públicos para financiar el concierto, quedaron sólo en eso.

Para un mejor disfrute del show se colocaron dos pantallas laterales con especial atención a Sting.

En ellas se vio al cantante, barbado, vestido de negro, que sonreía cada vez que hablaba con el públilco y gesticulaba con aprobación cuando se acercaba a uno de sus músicos para hacerles un pequeño reconocimiento.

Cuando tocó interpretar temas de su periodo solista, la gente se le entregó de igual forma. Así fue con “English man in New York”, el clásico que en su momento ocupó los primeros lugares en la radio mexicana hace ya tres décadas.

Si la gente quería calmar los efectos del calor con una bebida, debía desembolsar 100 pesos por un cerveza doble y, si deseaba de recuerdo un vaso alusivo a la presentación, debía gastar casi la misma cantidad. “So lonely”, “Driven to tears” y “Heavy cloud no rain”, integraron la primera parte del concierto, cuya duración se esperaba fuera de dos horas. Hasta las nueve de la noche, se contemplaba también la interpretación de “Message un a bottle”, “Walking on the moon”, y “Everybreath you take”, siendo esta última una de las más esperadas.

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