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En Italia, cuando una persona desea algo con mucho fervor se acostumbra decir que “si has pedido una bicicleta, tienes que pedalearle”. Laura Pausini jamás deseó una bicicleta pero sí algo más lujoso y llamativo: un auto Ferrari. Es algo que consiguió gracias a que se dedicó a ser cantante, con lo cual también ha podido recorrer el mundo y vender millones de discos.

Pero el precio que tuvo que pagar fue muy caro ya que tuvo que separarse de su madre, Gianna, quien nunca aceptó que Pausini se dedicara al canto y dejara su natal pueblo, Faenza, Italia.

“Mi madre siempre deseó que fuera farmacéutica, sobre todo porque en mi pequeño pueblo ella imaginaba que yo pasaría mi vida junto a ella. Mi madre no deseaba perderme. Ser cantante significó viajar mucho y vernos muy poco”, señaló Pausini en entrevista con EL UNIVERSAL.

Para la cantante de 41 años, la suerte, la disciplina y su padre (un músico de piano bar) tuvieron mucho que ver con su éxito, mientras que Gianna siempre mantuvo su distancia, pues al ser una mujer de pueblo no deseaba que su hija “se expusiera” al mundo.

Laura explicó que para su madre el que ella ganara el Festival de San Remo a los 18 años y saliera de casa fue de las peores cosas que le pudieron pasar en la vida, pues desde ese momento la distancia entre ambas se hizo latente. 20 años tuvieron que pasar para que la relación comenzará a ser más estrecha y la responsable de la hazaña fue Paola Carta, la hija que tuvo Laura en 2013.

“Soy producto de la suerte y la disciplina, esas dos palabras son las que definen mi vida y mi trabajo. Pero mi madre no está de acuerdo con eso porque ella dice que lo que a mí me pasó fue mala suerte, por haber dejado mi pueblo y a ella.

“Aunque desde que mi hija nació, nos hemos vuelto a acercar. Ella siempre me dijo que quería una nieta y ahora que la tiene no hay excusa para que no viaje conmigo, la llegada de Paola ha llenado ese hueco que había entre mi madre y yo”, detalló.

Mujer de familia. Aunque la distancia que mantuvo con su madre en esos 20 años es algo que aún la entristece un poco, ahora busca recuperar el tiempo perdido y su prioridad es su familia. No se arrepiente de la decisión de dedicarse al canto, pues como ella dice, “no haber tomado la oportunidad habría sido muy estúpido de mi parte”.

Su hija no sólo ha logrado que las cosas en su familia mejoren, también ha hecho que la intérprete de “Entre tú y mil mares” vea la vida de una manera más positiva.

Aseguró que sus fans podrán darse cuenta de ese cambio cuando escuchen a partir de hoy su nuevo sencillo, “Lado derecho del corazón”, una canción que se desprende de su próximo álbum, Similares, que saldrá a la venta en noviembre.

“Casi tengo miedo de decir que estoy en mi mejor etapa, porque no quiero que se acabe, pero llega un momento en el que puedo decir que todo lo que pasa en mi vida es muy bonito y eso se refleja en lo que hago”, dijo.

Esa plenitud que vive ha hecho que la intérprete se arriesgue y tome decisiones que comúnmente no tomaría, como lo hizo con su nuevo tema el cual es una balada romántica y no un tema más bailable.

“Una siempre tiene que arriesgarse, quise utilizar el momento de popularidad que he tenido en México con los realities shows para llegar con una canción más profunda, no es una canción bailable que me pondría en el número uno de las listas. Lo que quiero decir ahora viene de una parte más poética que quiero dejar salir”, expresó.

El compromiso que actualmente Laura tiene con su música y con todo lo que hace va más allá de las exigencias de la industria. Asegura que nunca antepone el dinero a su gusto.

Muestra de ello es el reality La Banda, en Estados Unidos, y en el que es jueza. Es un proyecto, dice, que aceptó sólo por el gran cariño que le tiene a Ricky Martín y Alejandro Sanz.

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