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cristina.pineda@eluniversal.com.mx
En su segunda visita a México, Sam Smith enamoró e hizo una catarsis colectiva a través del desamor, en la primera de dos fechas en el Auditorio Nacional y en donde incluyó algunos covers. Puntual, tal como son los británicos, las luces se apagaron a las 20:30 horas, mientras toda la atención de los casi 10 mil asistentes estaba puesta en una manta negra que tenía dos siluetas encontradas.
Detrás de la manta estaba Smith, en una posición de concentración, mirando al suelo y escuchando los acordes que luego se convirtieron en su canción de apertura: “Life support”.
“¡Ciudad de México!”, gritó al acercarse a sus fans del primer piso, que enloquecieron mientras mantenían sus manos en lo alto, algunos de ellos con sus celulares prendidos para grabar o tomar fotos del instante.
Con mocasines, pantalón de vestir y una camisa negra de manga larga, el cantante británico se mostró admirado por todo el cariño que mostró el público mexicano y extendió los brazos para recibir el júbilo que causaba en cada minuto.
Acompañado por tres coristas y cinco músicos sobre algunas tarimas, interpretó “Together” y se mostró platicador con sus fans, siempre sonriente y moviéndose de un lado a otro.
“México, ¿quieren pasar un buen rato esta noche? Ustedes son muy ruidosos y eso es increíble, es asombrosa su reacción y no saben lo feliz que estoy de estar aquí ahora”, expresó.
En la presentación de su álbum debut In the lonely hour, el ganador de cuatro premios Grammy el año pasado declaró su amor por México con el tema “Leave your lover”, y la coreada “I’m not the only one”, con la que pidió las manos arriba.
“Amo tener la oportunidad de encontrarlos cara a cara. Cada una de estas canciones es una historia personal de mi vida, todo esto me pasó a mí y después de hacer el álbum me di cuenta que la clave fue ser honesto conmigo mismo y mostrarme así”, explicó antes de “I told you now”.
Covers. Una tira de luces en forma circular detrás de sus músicos se encendió y apagaron al ritmo de “Nirvana”. Entonces los aplausos lo animaron en “Like I can” y unos pocos pasos de baile salieron al interpretar “Restart”. Con algunos kilos menos de los que tenía cuando comenzó su carrera, Smith lució sus mejores pasos cuando hizo su versión de algunos covers como “Tears dry on their own”, de la también inglesa Amy Winehouse; “Le Freak”, de Chic, y “Ain’t no mountain high enough”, de Marvin Gaye.
Junto a su pianista, en una parte del concierto mucho más acústica y provocando el momento más romántico de la velada, Sam puso voz a “Not in that way”.
“Yo me enamoré completamente de un chico tres años atrás y él me rompió el corazón”, confesó a sus fans en un momento del show.
“La única manera (de salir adelante) era escribir música sobre eso, grabar para toda la gente que está en una relación. Estas no son mis canciones ahora son suyas... Espero les ayuden porque es horrible”, expresó.
Sus homenajes siguieron, ahora a Elvis Presley, con “I can’t help falling in love”. Luego cantó a cappella los primeros versos de “Lay me down” y en seguida se hizo acompañar nuevamente por sus músicos al dar pie a la movida “La la la”.
De esta forma se despidió con la única canción de su disco que no habla de amor, “Money on my mind”, ya que la escribió por alguien que conoció pensando en entrar a la industria y sólo por hacer dinero, lo cual le molestó. “Para mí es estar frente a un público, yo amo la música”, argumentó.
Los gritos pedían más y no dudó en entregarlo. Por eso salió unos minutos después y con “Latch”, las luces de miles de celulares se encendieron.
“Es uno de los mejores shows que he hecho en mi vida. Muchas gracias”, indicó incrédulo para dedicar “Make it to me” a los presentes y se despidió con el pedido de “Stay with me” a las 21:55 horas, con la promesa de que pronto editará un nuevo álbum.