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Los auténticos rockeros, con pelos largos, camisetas negras y con muchas ganas de disfrutar de las variantes más duras y poderosas de esta música invadieron hoy la segunda jornada de la edición brasileña del festival Rock in Río.
En esta edición de su 30 aniversario, el Rock in Río ha pretendido recuperar en parte sus orígenes y ha dedicado tres de sus siete días al rock duro y al metal, más que en años anteriores, cuando fue cuestionado por reservar demasiado espacio al pop y otros ritmos comerciales a pesar del nombre del festival.
El cartel de hoy está encabezado por Metallica, banda estadounidense que, contando con la actual, ha estado presente en ocho de las 16 ediciones del Rock in Río, incluyendo tres en Río de Janeiro, tres en Lisboa, una en Madrid y otra en Las Vegas.
Los integrantes de Metallica llegaron temprano al recinto de la Ciudad del Rock y, poco después de la apertura de puertas, se lanzaron por la tirolesa de 220 metros de longitud colgada frente al escenario principal, pasando sobre la cabeza de cientos de personas que ya estaban sentadas en la hierba sintética.
En el escenario principal, que abre la sesión a partir de las 19.00, están programadas además las presentaciones de otros grupos de rock duro como Mötley Crüe, Royal Blood y Gojira.
Pero el rock duro comenzó mucho más temprano, a media tarde, en el escenario Sunset, con bandas brasileñas de metal progresivo como Noturnal, que sorprendió al público con unas bailarinas disfrazadas de zombis con la cara ensangrentada.
La decimosexta edición del Rock in Río comenzó el viernes, en una jornada encabezada por Queen, y reunirá a cerca de 150 bandas y cantantes en conciertos a lo largo de todo este fin de semana y el próximo.
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