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Andrés Calamaro reflexiona que la noche es el horario absoluto para escribir canciones y que la diferencia es dormir o no dormir, aunque sus hábitos de quedarse a medianoche buscando las palabras cambiaron.

“El método de quedarme despierto con las nuevas normas ahora ya lo tengo prohibido y lo acepté”, refirió. “Ahora mi método es despertarme y las horas que me quedan de la mañana me preparo mi termo de mate, pongo un disco (casi siempre el mismo) y escribo unos 20 renglones; si busco alguna canción lo hago justo antes de dormir”, agregó el cantante argentino.

En su visita a México para la presentación de su primer libro titulado Paracaídas & Vueltas: Diarios Íntimos, se mostró honrado y, aunque advirtió que no es una autobiografía al 100% ni pretende acercarse a la literatura de los grandes autores en el mundo, pidió clemencia y una oportunidad para que los lectores no habituales o que sigan su música se acerquen a su obra.

“Yo sé que el público de música no siempre es un lector frecuente de literatura, pero los desafío. El Internet nos acostumbró a leer menos, la televisión, la masividad y la frecuencia delirante de los deportes en la actualidad también así como los teléfonos. Por experiencia propia sé que vale la pena el resistir la pereza de enfrentarse a puras palabras”, argumentó.

Así aborda en casi 200 textos independientes las crónicas de sus reencuentros con algunos personajes importantes, escribió sus impresiones de algunos conciertos (incluidos algunos en México), hizo un homenaje a amigos que se adelantaron en el camino, habló de pensamientos “políticamente incorrectos” o de sus pasiones como la tauromaquia.

“Nunca voy a alcanzar la categoría intelectual de mi padre, mi viejo, Eduardo que vive pero ya no es el lector tan intenso que fue alguna vez y no escribe tampoco porque tiene 98 años. No hay pretensiones intelectuales en el libro aunque hay guiños a la literatura ya que me pareció interesante que el rock en este debut personal roce aunque citas, frases o ficciones pues me he influenciado por mi experiencia en la calle, viajando o los conciertos”, dice quien menciona al cronista Rodolfo Palacios como su mentor y curador.

Con un título retomado de una de sus canciones más emblemáticas, “Paloma”, Calamaro afirma que es lo más cercano que ha tenido de un diario, pero que no se acerca tanto a sus anécdotas más personales con respecto a su vida y las mujeres porque no se puede contar todo.

“No quiero una autobiografía porque presumo de olvidos más interesantes que de recuerdos. Soy un caballero y olvidé cosas interesantes de mi vida en México, España, Colombia, Argentina... Es un libro incómodo pero desde otro punto de vista; en ese sentido no es una autobiografía pero tampoco un libro de escándalos que acompañan a la vida de los aventureros o rockeros porque presumo de olvidos y me pareció bien hacerlo así”.

Calamaro confiesa además que no tiene minutos para escuchar música en un automóvil como dicen las tendencias actuales ya que utiliza el transporte público y tampoco le gusta usar auriculares en la calle. Después de darse cuenta que tenía cerca de 30 años sin tomarse vacaciones confiesa qué es lo que lo hace sentirse pleno.

“Muchas veces fue grabando música, en el mar, en el amor, en el sexo, en el ocio, en la lectura o cuando un libro me atrapa y me lo llevo a todas partes. A título individual mi plenitud igual que todos es la salud y la alegría, el bienestar de los nuestros y a nivel colectivo el respeto a la tolerancia y la libertad; ver a José Tomás en la Plaza México el 31 de enero seguramente será uno de esos momentos o la gran temporada Alberto López Simón e incluso escuchando discos por la mañana que es casi tan bueno como el sexo”, indicó quien espera volver a ofrecer un concierto al país el próximo año.

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