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Tal vez la música tradicional mexicana no tenga la difusión de otros géneros, pero no está agonizando. Así lo expresan los integrantes de Chéjere y Roble de Agua, quienes de forma independiente se han hecho de un camino.

“Puede que no sea tan accesible para la gente ver lo que está sucediendo, pero hay muchos grupos que están surgiendo y a nivel del día a día se están incluyendo los jóvenes”, expresó Natalia Cobo, de Chéjere.

La batalla se vive a todas horas: grabar un álbum con recursos propios y recurrir a las bases como lo ha sido campañas para recabar fondos como lo han hecho a través de Fondeadora.

“Venimos de Xalapa; venir al centro del país es complicado, más cuando hay que mover a ocho músicos. Lo vemos como un reto pero sólo así logramos sobresalir”, explicó Sara Robledo, de Roble de Agua.

Sin embargo, en el plano creativo tienen una mayor libertad que logra un apoyo con las redes sociales que en su opinión sólo funcionan si se utilizan de una manera inteligente y constante. “No tener un productor o contacto con empresas que te imponen cosas nos da la libertad de ejercer lo que acordamos, pero la importancia de los medios para la difusión de proyectos independientes es vital, nos dan una vigencia de la cual dependemos porque no podemos pagar la publicidad”, dijo Alonso Borja, de Chéjere.

Juntos y con el afán de demostrar lo que sus ritmos pueden hacer es que participan del Concierta Independencia que se llevará a cabo el 13 de agosto en el Lunario del Auditorio Nacional, espacio que consideraron fundamental para expandir sus públicos.

“Tomamos como base la música tradicional, el son jarocho, buscando una propuesta nueva de algo original que se fusione con otros ritmos como el rock”, indicó Sara.

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