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La expectativa era inmensa y, a juzgar por el entusiasmo entre el público, nadie salió decepcionado: el cantante colombiano Juanes se presentó en el AnfiPark de la ciudad de Raanana por primera vez en su carrera y una multitud de varios miles de personas lo aclamó, coreó sus canciones y se contoneó a su ritmo.
“Shalom Israel!”, gritó Juanes, que vestido de blanco y con su imagen proyectada gigante en una de las pantallas sobre el escenario, parecía estar cerca de todos. Contó que había conocido mochileros israelíes que recorrían su país de paseo y que ahora “me emociona ver personalmente su país, que me parece maravilloso”.
No faltó nada: “A Dios le pido”, “Tengo una camisa negra” (las más festejadas) y no menos de 20 canciones que los numerosos latinoamericanos presentes y los no pocos israelíes del público, se sabían de memoria.
Una joven de 21 años, Liat, que contó que pidió día libre de su servicio militar ya que es oficial en el ejército israelí, no se perdía ni una letra. “Es que me fascina, y esto es como un sueño”.
Ella y su prima, Mijal, siguieron el concierto de pie absolutamente toda la noche, como sintiendo que era la forma más apropiada de acompañarlo, bailando al son de cada canción.
Juanes, que alcanzó a visitar el Muro de los Lamentos sagrado para los judíos y el Santo Sepulcro para los cristianos, se dijo emocionado de estar en Israel y feliz por sentir “que estoy realizando un sueño”.
Entre la multitud que celebraba su presencia y disfrutaba de su música, numerosos jóvenes y mayores llevaban banderas de Colombia, aunque había también de Ecuador, Paraguay, México, Cuba y otros países americanos.
En medio de la despedida, sacó de un bolsillo su teléfono celular y filmó al público que lo aclamaba, dando vuelta luego el aparato para una selfie con la gente. Uno de sus fans comentó: “Parece que, por suerte, no sólo nos emocionó él a nosotros, sino que también nosotros lo emocionamos”.