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Hace mucho tiempo las fronteras eran muy marcadas para los colombianos y eso lo sabe Margarita, mejor conocida como La Diosa de la Cumbia, que aplaude que los hispanoparlantes estén unidos en una sola tierra porque no sólo se comparten el idioma sino también la música, la comida, las costumbres y hasta la historia.
“Lo digo con tristeza porque antes era sentirse discriminado porque te ponían a un lado como colombiano; creo que esas fronteras las ha puesto el hombre y el hombre mismo las está quitando porque así tiene que ser”.
Con nostalgia se da un momento para pensar en su niñez y al otro lado del teléfono le dice a EL UNIVERSAL que son en esos momentos donde más sonrió porque tenía esa inocencia que nunca se debió ir.
“Todo lo malo por lo que he pasado me ha dejado enseñanzas y claro que hay momentos en los que he sentido que no puedo pero me duran muy poquito”, confiesa.
Fue gracias a su libro El lugar donde habitan tus sueños que tuvo una experiencia inolvidable junto a su madre, pues inmediatamente después de leerlo le comunicó sus pensamientos. “Ella no sabía cuánto es que había sufrido, pero le dije que todo lo que pasé fue para bien porque no hay algo que no me haya traído cosas mejores.
“Porque soy su hija lo toma personal pero se siente admirada porque yo tapé situaciones para evitarle un sufrimiento a ella. Al mismo tiempo de que fue mi ejemplo como una mujer muy fuerte que sacó adelante cinco hijos, si esa señora pudo yo también”, dice.
Escribir páginas y páginas sobre su vida le sirvió como terapia. Sabe que probablemente no es nadie para dar un consejo pero advierte que algo puede decir porque consiguió su sueño en los 35 años de trayectoria artística.
“Cuesta trabajo (abrirte) cuando tienes algo malo, quieres esconder o te arrepientes de algún acto, yo tengo una vida maravillosa. No he sido una santa pero tampoco hay algo que no pueda contar porque puede ser que haya muchas vidas como la mía o tal vez más difíciles y si les inspira para salir adelante es perfecto”, contó. Y ejemplificó que sus días de más lágrimas fueron con la muerte del papá de su hijo. “Fue con trabajo que aprendí a entender esos momentos”.
Jovial. La rejuvenecida cantante dice que es factible buscar a gente joven para inyectarse de vitalismo, por lo que agradece a la música la oportunidad de fusionarse con estilos como el ballenato y la bachata tal como lo hizo en su disco Sin Fronteras.
“Ahora soy mi propia disquera, productora y sé cuánto dinero me puedo gastar, así es más fácil tomar una decisión arriesgada porque es mi dinero, no el de otro. Antes de irme de este mundo quiero hacer muchas cosas, me di cuenta que entre los latinoamericanos no hay un sector porque cada uno en su estilo hacemos los ritmos que se llevan en la sangre”.
Para Margarita, llevar el apodo de La Diosa de la Cumbia genera una responsabilidad. “Es como decir ‘Dios mio’... ahora tengo que ser respetuosa y ser una Diosa, aunque eso sí... terrenal”, explicó. Hoy, Margarita se presenta con los Kumbia All Stars en el Auditorio Nacional.