La polémica y las tragedias rodearon a Joan Sebastian a lo largo de su vida. La madrugada del 27 de agosto de 2006, justo al terminar un jaripeo en Mission, Texas, su hijo Trigo Figueroa recibió un balazo en la cabeza que le costó la vida.

“Saben que duele mucho, es un dolor que no desearía ni al asesino de mi hijo”, dijo en aquella ocasión ante las mil 500 personas que acudieron a darle el último adiós en Juliantla.

Cuatro años después, el 12 de junio de 2010, la muerte le arrebató de forma violenta a otro de sus hijos, Juan Sebastián Figueroa González, que murió de dos disparos en cuello y abdomen en el bar The Grand Hotel Cuernavaca.  Días después de lo ocurrido, abogados del bar negaron la participación de alguno de los empleados en el asesinato, sin embargo, se relacionó  el hecho con el narcotráfico.

En conferencia de prensa el cantante negó que el móvil de ese asesinato  y el  de Trigo fueran por nexos con el tráfico de drogas.

“No soy narcotraficante. Me resulta irrisorio y doloroso esto que está sucediendo, porque no es la primera vez que me señalan como narcotraficante”, declaró en  su rancho Cruz de la Sierra. Recordó que la primera vez que lo relacionaron al narco fue cuando le propusieron postularse a la gubernatura de Guerrero, pues un sujeto apodado El Jarocho lo acusó a él y al entonces gobernador, Sergio Estrada, de transportar aviones con droga que se almacenaban en su rancho, Juliantla.

Vínculos. Su hermano Federico también estuvo relacionado con el cartel Guerreros Unidos. En varias ocasiones se encontraron personas muertas en las cercanías de los ranchos propiedad del cantante, así como un auto baleado que estaba a su nombre.

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