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Cuando encontraron muerta a Miroslava Stern, su belleza aún estaba intacta, "ni su piel nacarada se había esfumado todavía. Su pelo, de color miel, lucía reluciente, lo mismo que sus hermosos ojos azules. Su bello rostro seguía siendo fascinante y majestuoso", según relató EL UNIVERSAL de la época.
Aunque la actriz sobrevivió a las persecuciones en la Segunda Guerra Mundial y también a un intento de suicidio por la muerte de su madre, decidió quitarse la vida el 9 de marzo de 1955.
Originaria de Checoslovaquia, Miroslava fue una figura de la Época de Oro , y aunque por su temprana muerte no logró brillar como famosas de la talla de María Félix y Dolores del Río, dejó huella con 30 películas hechas a lo largo de nueve años de trabajo.
Después de que huyó de Checoslovaquia con sus padres y su hermano, estudió inglés, alta costura, diseño, pintura y decoración en Nueva York, después llegó a México para actuar en su primer película “Bodas trágicas” (1946) junto a Roberto Silva y Ernesto Alonso.
En 1947 actuó junto a Mario Moreno Cantinflas y Ángel Garasa en “¡A volar joven!”, para luego irse a Hollywood a hacer “Advebtures of Casanova”, el primero de sus tres filmes en tierras americanas.
En cintas de comedia participó en historias como “La muerte enamorada” (1950), “Ella y yo” (1951) junto a Pedro Armendáriz, con quien trabajó también en “Juan Charrasqueado”. “Sueños de gloria” (1952), “Más fuerte que el amor” (1953), “La visita que no tocó el timbre” (1954).
Dos de sus actuaciones más memorables fueron en un par de películas que hizo antes de quitarse la vida: “Escuela de vagabundos” (1954), al lado de Pedro Infante, y “Ensayo de un crimen” (1955) de Luis Buñuel, donde aparece en una efigie femenina de Miroslava en cera que se consume en llamas, curiosamente, semanas después y antes del estreno del filme, los restos de la actriz fueron cremados.
Los tormentos en la vida de Miroslava
Miroslava vivió una juventud difícil cuando murió su mamá en 1945, sufrió una profunda depresión que la llevó a ingerir una clase de veneno para quitarse la vida.
En 1946 contrajo matrimonio con el entonces director de escena Jesús Jaime Gómez Obregón, alias “El Bambi”, pero se divorciaron ese mismo año cuando Gómez Obregón destapó sus preferencias homosexuales.
Tras su divorcio, Miroslava entabló una estrecha amistad con Cantinflas, quien sería el gran amor de su vida, según versiones de la época, pero entre Mario Moreno y ella sólo existió una amistad, pues Cantinflas estaba casado y siempre estuvo enamorado de Valentina Ivanova.
La versión oficial de su muerte indica que Stern fue hallada en su recámara por Rosario Navarro, su ama de llaves, y que una noche antes escribió dos cartas de despedida: una dirigida a su padre, y otra a su hermano Ivo Stern; la mezcla de alcohol con pastillas antidepresivas propiciaron su muerte.
El suicidio de Miroslava a los 29 años, sumado a la falta de una autopsia detallada, generaron las especulaciones sobre el verdadero motivo por el que se quitó la vida.
La sorpresiva boda del torero español Luis Miguel Dominguín con la actriz italiana Lucia Bosé, madre de Miguel Bosé, fue uno de los motivos que saltó a la vista de todos, pues Dominguín había sido pareja sentimental de Miroslava e incluso le había hablado de matrimonio.
En entrevista para Televisa, el periodista Jacobo Zabludovsky dijo a manera de “exclusiva mundial”, que Miroslava se suicidó por Cantinflas, y no por Luis Miguel Dominguín.
“Ella se enamoró mucho de Cantinflas y confiaba en que dejaría a Valentina, pero llegados ya a un punto de quiebre, Cantinflas le dijo en una carta a Miroslava que él jamás dejaría a Valentina, que no se hiciera ilusiones. Conozco al que le llevó la carta, vive… no quiero revelar su nombre en este momento. Al día siguiente la encontraron muerta”, contó Zabludovsky en 2014.
Cuando Miroslava filmó su última cinta “Ensayo de un crimen”, su estado emocional ya se encontraba alterado, así lo reveló en su momento el productor y amigo de la actriz Ernesto Alonso.
Las cenizas de Miroslava Stern descansan en el Panteón Francés de la Piedad en la Ciudad de México.
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