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Luz Elena González tiene una amplia trayectoria en las telenovelas, sin embargo, la primera vez que dio una bofetada sin efectos de postproducción fue lejos de un set de televisión. En aquella ocasión, la actriz salió en defensa de su pequeño hijo Santiago.

“Estábamos en un aeropuerto, en la zona donde se recogen las maletas y ya no había gente, así que Santi y yo jugamos a quién llegaba primero por la maleta, lo dejé ganar, sin embargo, él y un hombre chocaron. Mi hijo siguió su paso y el señor le puso el pie a propósito”, recuerda.

Aquel momento la impotencia y el enojo cundieron a la actriz, quien le propinó una bofetada al hombre. Escenas como ésta no se han repetido, pero sí ha tenido que enfrentar a otra clase de adultos que, lejos de ser tolerantes, han reaccionado ante el comportamiento de Santiago, asegura. El primogénito de la actriz y Bernardo Martínez tiene un trastorno generalizado del desarrollo, que ahora se conoce como trastorno del espectro autista, lo que le genera una discapacidad cognitiva.

Tras recibir le diagnóstico y de haber llorado y llorado, Luz Elena acudió a terapias y a doctores que le han acompañado en el proceso de crecimiento con su hijo y el padecimiento.

“Son muchas etapas las que pasé, pero al final llegas a la conclusión de que sólo puedes hacer lo mejor para ellos, que juntos iremos descubriendo cómo funcionar de la mejor forma y, sobre todo, el objetivo es que Santiago sea una persona de bien”, dice la actriz.

Estos primeros nueve años no han sido fáciles, sobre todo porque Luz Elena se considera una mamá preocupona y sobreprotectora. Dice que es parte del balance en casa, ya que su esposo es más tranquilo.

Explica que ser la mamá de Santiago le ha dado muchas satisfacciones, aunque también es complicado, porque tiene que explicarle una y otra vez las cosas.

Además de la dinámica en casa y de organizarse también con María José, la otra integrante de la familia, Luz Elena y Santiago han tenido que entrar a la batalla contra la intolerancia, la insensibilidad y la ignorancia.

“Nos hemos encontrado con personas que están en contacto con otros niños y entienden el comportamiento que tiene Santiago, sin embargo, aún son los menos. Porque todavía hay muchos que se enojan y le han gritado y hasta tocado al niño y eso de ninguna forma es aceptable, porque es un niño”.

González dijo que aún hay muchos niños que ni siquiera están diagnosticados, porque los padres desconocen los síntomas que pueden ser identificados a edad temprana. “Si el bebé no abre las manos y siempre tiene los puños cerrados es una señal de que se debe de acudir al neurólogo”, aconseja.

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