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Si bien Karla Souza se dice orgullosa de lo que ha conseguido con películas como Nosotros los Nobles, Qué culpa tiene el niño y Todos queremos a alguien, dice que no se fía del éxito, pues no quiere que éste condicione y afecte lo que realmente quiere hacer en su carrera.

“Mi corazón me está pidiendo más y más, otro tipo de proyectos. Estoy tratando de escuchar a mi voz creativa y dejando de pensar si habrá estrategia taquillera o demás, quiero contar historias”.

Sin embargo, asegura sentirse agradecida con estos filmes porque le han abierto las puertas y que incluso perteneciendo al mismo género de la comedia son historias que le han permitido mostrar lo que sabe hacer bien.

“La faceta de comedia es un mundo enorme. En Todos queremos a alguien quería explorar un género que ya había hecho, pero con una directora mujer (Catalina Aguilar Mastretta)”.

Karla estuvo en el Festival ArteCareyes; ahí asistió a la cátedra Ingmar Bergman de cine y teatro de la UNAM, auspiciada por la Fundación Careyes, junto con Irene Azuela, Darío y José María Yazpik. De hecho, con Azuela y con el director David Pablos realizó un cortometraje como parte del trabajo creativo.

“De esta cátedra me impactó lo que la gente creativa saca de mí, y la que obtiene cada uno es tan diferente porque tiene un ojo distinto. Eso es justo lo que me interesa hacer: trabajar con gente que me conozca y me lleve por un camino diferente cada vez para nunca reciclar lo mismo.

“Definitivamente es un antes y un después en mi vida. Estoy decidiendo hacer un cambio completo de dirección. Ya llevaba un sentimiento en mí de querer tomar en cuenta otras cosas en mi carrera que no solamente buscaran el éxito o la fama, como lo ve la demás gente”.

Curiosamente, explica, el público tiene una idea de ella, derivada de sus películas y de la serie How to get away with murder, que protagoniza en Estados Unidos, pero no quiere que vean sólo esa parte de ella.

“La gente tiene una percepción muy diferente de quien soy y cuando me conocen me doy cuenta que el éxito quizás en algunos momentos me puede alejar de lo que realmente quiero hacer. Entonces quiero encontrar proyectos y gente que quieran crear arte”.

Para Souza, el cine juega un papel relevante en el momento geopolítico actual, porque permite explorar diferentes temáticas.

“Tenemos voces tan específicas, diferentes, y un abanico hermoso de cosas que no se conocen, que no están siendo vistas en otras partes del mundo. El arte es lo más poderoso que tenemos, especialmente ahorita, como para crear empatía, una comunicación y un diálogo. Si creamos este vínculo de arte puede sanar mucho lo que está sucediendo. Nuestra responsabilidad como artistas es ver cómo podemos hacer para que nuestras creaciones causen un poco eso y saber que no necesariamente estamos pidiendo ayuda de fuera.

“Por ejemplo, (en la cátedra) conocimos a gente —de Estados Unidos y otras partes del mundo— que vino y pensaba que nosotros queríamos llegar al lugar de donde ellos venían y se toparon con gente que dijo: ‘gracias, aquí (en México) estamos muy bien’. Ellos creen que son La meca de... y no lo son. Creo que cada país es igual de importante”.

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