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En un evento histórico, y ante una sala llena, con el público completamente volcado en ver el cine realizado por Julio Bracho, Daniela Michel (directora y fundadora del FICM), los actores Diana y Pablo Bracho, acompañados por Dave Kehr, curador del departamento fílmico del MoMA, inauguraron el ciclo dedicado a mostrar la obra de uno de los grandes directores de la época de oro del cine mexicano que proyectará siete películas del creador hasta el 9 de marzo.
Además de lo relevante que es para la cultura mexicana que uno de los museos más importantes del mundo proyecte la obra del director duranguense, su propia hija, la prestigiosa actriz Diana Bracho, contó a EL UNIVERSAL lo mucho que este reconocimiento significa para ella.
“El MoMA es mi museo favorito en el mundo y es emocionante que Dave Kher haya organizado esta retrospectiva dedicada a mi padre que, como yo, era un amante de Nueva York. El ciclo está basado en el que realizó Daniela Michel en el Festival de Cine de Morelia el año pasado; en realidad ella es la responsable de haber sacado a la luz a mi padre que estaba olvidado y enterrado.
“Me conmueve muchísimo y me emociona ver las salas llenas con la gente aplaudiendo. Lástima que mi padre ya no esté aquí porque para él hubiera sido muy importante vivir esto después de que le dieron muerte civil en vida porque fue olvidado por completo. Que vuelva a la vida a través del cine y en un lugar como lo es el MoMA es maravilloso y significa tanto…”, expresó la actriz cuya pasión por la actuación llegó de forma tardía y por casualidad.
“Nunca quise seguir la tradición actoral familiar, yo estudié filosofía y letras para ser escritora. De hecho yo ya era adulta, había estudiado la carrera aquí en Nueva York y trabajaba en otra cosa cuando sentí esa necesidad de expresarme de forma física que no lograba con la literatura. Así que entré a unas clases de teatro como hobby y la primera clase fue una epifanía, ahí fue cuando dije ‘esto es lo que quiero hacer toda mi vida’. Después me hablaron para hacer mi primera película interpretando a Utopía en El castillo de la pureza, de Arturo Ripstein y fue una suerte enorme empezar mi carrera con una película que ahora es un clásico del cine mexicano”, explicó la actriz.
Julio Bracho, según recordó Diana, siempre conservó una división muy clara entre la familia y el trabajo.
“Nunca me llevó a los sets, pero yo era la niña de sus ojos y me contaba todo cuando regresaba de filmar, me explicaba todo con una pasión y con un entusiasmo enorme y eso es lo que me heredó, la pasión por lo que hago”.
Pasaron muchos años hasta que Diana pudo ver el cine de su padre.
“Como eran películas para adultos yo no vi su cine hasta ya muy grande. La primera película que vi fue La sombra del caudillo y me dejó impactada, es un filme maravilloso. Crepúsculo que es una película que me fascina, la vi por primera vez en el Festival de Cine de Morelia hace menos de un año. Y es que mi papá cada día me sorprende más porque lo descubro, lo redescubro y lo vuelvo a encontrar. Era un hombre muy culto, inteligente y avanzado a su época”, explicó.
Julio Bracho es un director a quien la crítica internacional lo ha comparado con Orson Welles y de cuya película, Distinto amanecer, se ha llegado a decir que es mejor que Casa Blanca.
La histrión también compartió anécdotas con EL UNIVERSAL.
“La biblioteca que me heredó mi padre era algo impresionante. Me enseñó a leer a los tres años y me paraba enfrente de Octavio Paz a recitarle el alfabeto griego. También recuerdo la gran amistad de mi papá con Javier Villaurrutia. La voz de Elena Garro. Conocí a Salvador Novo y a todos los contemporáneos de mi padre que iban a menudo a mi casa y eran esta familia de posrevolucionarios intelectuales que forjaron el México contemporáneo”, finalizó antes de volver al escenario para presentar la segunda película del ciclo, Crepúsculo, con un auditorio multicultural y nuevamente abarrotado.
La crítica estadounidense no se hizo esperar y ayer el Wall Street Journal, The Village Voice y Art Forum, entre otras publicaciones de prestigio internacional, reafirmaron la importancia de mostrar la obra de Julio Bracho, un importante cineasta mexicano desconocido en Estados Unidos.