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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Guadalajara.— Hay algo que no le gusta a Willem Dafoe de los directores de cine y es cuando éstos dicen continuamente que saben lo que es ser actor, al haberlo sido o estudiado.
“Cuando veo a un director que presume mucho eso, se que habrá problemas, es mejor que te vean como persona”, subraya. “A veces intento presionar y verlo como una forma menos tradicional de la relación entre un director y un actor”, agrega.
Dafoe va más allá durante una plática con jóvenes en el marco del Festival Internacional de Cine que comenzó ayer en esta ciudad y subraya su necesidad de no ser considerado actor.
“Mis actuaciones preferidas muchas veces, cuando llego al cine a verlas, es cuando no actúo, cuando me convierto en ese personaje y espero siempre tener esas habilidades actorales para lograrlo, quiero que me perciban como un no actor, aunque no siempre sea maravilloso (risas)”, detalla.
Dafoe recuerda sus inicios en el cine en los 80, agradeciendo que por una película independiente, Vivir y morir en Los Ángeles, de William Friedkin, tanto Oliver Stone como Martin Scorsese, le llamaron para trabajar.
“Fue una película que fue un fracaso cuando se estrenó, el director quiso hacerla él solo y no éramos conocidos, pero era fresca porque no pertenecía al sistema y que se volvió importante, sé que por ella Oliver me llevo a Pelotón y por eso Martin me dio el papel de Jesús más adelante, y fue curioso porque actuaba de homicida”, destaca.
Con mexicanos. En noviembre pasado, a Dafoe le gustó ser el único gringo en la producción mexicana Opus Zero, que rodó en Real del Catorce, San Luis Potosí, al darle la posibilidad de hablar en dos idiomas.
En el largometraje interpreta a un musicólogo, quien, tras la muerte de su padre, busca refugio en la mítica zona huichola, que se ve mezclada con una mujer desaparecida hace 30 años.
La producción corre a cargo de Julio Chavezmontes (Halley) llevando como productor asociado al ganador en Cannes, Carlos Reygadas (Luz silenciosa).
Cassandra Ciagherotti (Paradas contínuas), Irene Azuela (El hotel de los secretos) y Andrés Almeida (Los Héroes del Norte) forman parte del elenco dirigido por el británico Daniel Graham.
“Realmente no hablo español, tuvimos que trabajar en los dos idiomas, a veces se me complicaba, pero me encantó abrir el idioma.
“El lenguaje puso presión, pero no sólo hablado, sino de cómo nos tratamos (en el crew)”, refiere el histrión de La última tentación de Cristo.
Dafoe se encuentra en el FICG (por sus siglas) para presentar My hindu friend, última película del desaparecido realizador argentino, Héctor Babenco. “La historia es una meditación acerca de la vida, tienen que verla”, apuntó el histrión.