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Eva Mendes está, aunque no lo parezca, y vuelve a ser portada de una conocida revista, Shape, a la que concedió una extensa entrevista en la que, entre otras cosas, revela los motivos de su ausencia en la pasada gala de los Oscar: “Prefiero estar con mis hijas que pasear por la alfombra roja”.
Así de clara respondía la estrella de 43 años a la pregunta que muchos se hicieron cuando su pareja, y padre de sus dos niñas, Ryan Gosling, acudió solo a la última ceremonia de los Oscar en calidad de nominado.
Lost river, con fecha de 2014, es la última cinta en la que la modelo estadounidense trabajó. Ese mismo año llegó al mundo Esmeralda Amada, su primogénita, y desde entonces sólo hemos podido ver a la artista en producciones fotográficas.
Como si se la ha hubiera tragado la tierra, Eva está apartada de la actividad laboral por decisión propia, volcada en el cuidado y en la educación de su familia, que se vio aumentada el pasado año con la llegada de Amada Lee.
La modelo jamás aparece acompañando a Ryan, ni siquiera en alguna de las muchas entregas de premios a las que ha tenido que acudir el actor, y tampoco hay una sola imagen de sus dos embarazos.
Discreta con su vida privada, Eva no tiene problema en hablar de cuestiones personales en casi todas las entrevistas que ha concedido hasta la fecha. La protagonista de Fast and Furious aseguraba que ha sido más complicado recuperar la forma física tras el nacimiento de su segunda hija.
“Pero no tan difícil como pensé que sería porque estoy siempre corriendo con la niñas. Nunca me siento, no paro de moverme todo el día”, añadió.
Mendes ha sacado de su refrigerador y de su despensa toda la comida basura porque quiere dar buen ejemplo, pero afirma que cuando viene gente a su casa tira de aplicaciones para que le traigan comida rápida. Sin embargo, no es capaz de renunciar al azúcar.
“Los dulces son lo mío. Tengo que controlar mis ansias constantes de azúcar. Mi debilidad son los huevos Cadbury, los mini y los grandes con relleno”, señaló y no desaprovechó la ocasión para alabar la comida mexicana de su madre. “Hace las mejores habas negras del mundo”.