El documentalista Rob Stewart se convirtió en noticia desde la semana pasada, cuando se supo de su desaparición en el mar del sur de Florida mientras filmaba un material sobre tiburones. Su cuerpo sin vida fue hallado por la Guardia Costera de Estados Unidos.

Stewart, de 37 años, desapareció mientras realizaba la segunda parte de su premiado documental de 2006 “Sharkwater”; su padre había ofrecido una recompensa de 200 mil dólares para quien lo encontrara vivo.

Rob Stewart nació el 28 de diciembre de 1979 en Toronto, Canadá. Además de su labor como documentalista era fotógrafo de la vida silvestre.

De acuerdo con “outsideonline.com”, Stewart siempre amó el océano. Para su cumpleaños 13, como lo había pedido, él y su familia acudieron a una Asociación de Instructores Certificados de Buceo. Stewart obtuvo su certificación a los 18 años.

Alexandra, su hermana mayor, recordó a “Outside” que durante los siguientes 15 años todas sus vacaciones fueron para bucear, pues se convirtió en la pasión de Rob. “Era claro que el buceo iba a ser un gran conductor en su vida personal y profesional”.

El joven estudió biología en la Universidad Western de Ontario. Después dio el salto a Los Ángeles, donde estuvo cobijado por el activista Paul Watson, fundador de la organización Sea Shepherd.

Stewart pasó cuatro años viajando por el mundo como fotógrafo de las revistas de la Federación Canadiense de Vida Silvestre. Durante un viaje a las Islas Galápagos, el documentalista descubrió la matanza de tiburones en una reserva marina y a los 22 años dejó atrás su labor como fotógrafo para emprender la filmación de “Sharkwater”.

Filmado en 12 países durante cuatro años, “Sharkwater” presentaba no sólo hermosas escenas bajo el mar, sino también el lado oscuro de la corrupción alrededor de esta especie y cómo los tiburones impulsaron la evolución marina y son factor en la estabilización climática.

El material tiene el récord para un documental canadiense de mayor apertura en fin de semana y logró 35 premios en diversos festivales.

“Toda la vida te dicen, desde que eres niño, que los tiburones son peligrosos. Te advierten de no aventurarte demasiado lejos en el oceáno, pero entonces, finalmente, ves la cosa a la que toda tu vida te enseñaron a temer, y es perfecta, no quiere herirte, es la cosa más hermosa que hayas visto y todo tu mundo cambia”, declaró en alguna ocasión Stewart.

cvtp

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