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El 16 de febrero de 2007, Britney Spears hizo todo para llamar la atención. Salió de pasar una noche en rehabilitación, fue vista llorando en un automóvil, entró a una peluquería, pidió una maquinita y se rapó a cero ante decenas de cámaras que la espiaban desde afuera.

Al poco tiempo, atacó a un paparazzi con un paraguas verde y fue ingresada en rehabilitación otra vez.

Hoy esa imagen sólo existe en los memes de internet. Se le ve sana, activa en Instagram subiendo videos que la muestran haciendo yoga y viajando con sus dos hijos. Vive en Las Vegas donde tiene un show en el que baila sus hits tres veces por semana y participa como jurado en The X Factor.

Todo esto y más hicieron que la frase motivacional “Si Britney pudo sobrevivir al 2007, tú puedes superar este día” tenga mucho sentido, aún una década después.

La historia de redención de Britney parece guionada por Hollywood, el principal causante de su caída. Lejos de sus días de hits, video clips emblemáticos y romances adorables, ¿Qué pasó antes y qué pasó después del momento más épico de la cultura pop?

En 2004 Britney se casó con un amigo de la infancia, Jason Alexander, en Las Vegas y anuló la unión sólo 55 horas después. A los seis meses conoció a Kevin Federline, que dejó a su novia embarazada por ella. Se casaron en septiembre y en 2005 la pareja tuvo a su primer hijo Sean y quedó embarazada de Jayden James. En 2006 es cuestionada por manejar con su hijo sentado arriba de ella y por posar desnuda en la tapa de una revista; este año la diva le pide el divorcio a Federline.

En 2008 le sacaron custodia de sus hijos porque la encontraron “intoxicada” en su presencia y tuvo que someterse a tratamiento siquiátrico. Empezó a recuperarse, hizo apariciones en programas y sacó su disco Circus.

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