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janet.merida@eluniversal.com.mx
Claudia Álvarez inició hace siete meses los planes de su boda con Billy Rovzar, hace cinco que terminó de grabar la novela "Simplemente María" y desde entonces a la fecha ha decidido tomar un descanso laboral para enfocarse en este tema personal.
Después del enlace matrimonial, la luna de miel de un mes y medio de duración y la realización de un proyecto de trabajo más (que espera sea con su ya entonces marido) le gustaría convertirse en mamá.
Mientras, reiteró que su boda no será vendida como exclusiva y tampoco —como ocurre en muchas del espectáculo— usará más de un vestido esa noche.
“Para mí mi boda no es show, de hecho va a ser una boda mediana, para mí es mi momento real, el que voy a compartir con la gente que más quiero y la gente que más me quiere, es una invitación real la que le llegó a la gente y hoy en día no está tan fácil la situación como para invitar a mil personas”.
El diseño está a cargo de Alexia Ulibarri. Aunque aún no lo tiene en sus manos porque faltan algunas pruebas de vestuario, Claudia refirió que no será un modelo común y que tiene mucho qué ver con su personalidad. Jaime González es el organizador de la boda y la pareja, por su lado, está tomando clases de baile porque harán una coreografía con la canción que los identifica.
En su luna de miel —justo después de la boda— recorrerán Japón, Nueva Zelanda y Australia en un viaje de casi mes y medio en el que se encontrarán con la familia de su esposo.
“Tenemos una frase: toda la vida todos los días. Y es que todos los días tenemos que fomentar el cómo damos, cómo estás; le decía que me encanta que sepa cuáles son mis debilidades porque así van creciendo las fortalezas, el chiste es que como pareja estemos unidos”.