Un charro abandonó a su charra en el Teatro Metropolitan y por eso Regina Orozco lo tomó como hilo conductor para el festejo de sus 45 años de trayectoria en una noche en la que no faltaron los chistes y la diversión.

Las misiones eran dos: encontrar a su charro y recuperar la confianza de los mexicanos por su país, por lo que en distintos sketches también mostró su faceta como actriz al tiempo que hacía críticas sociales con la participación de su público.

En Canciones p' agarrar el alma se habló de los 43 de Ayotzinapa, los desaparecidos, la injusticia, la violencia y la corrupción. Además de un mensaje para no quejarse ni culpar de los problemas del país al gobierno y los medios de comunicación, también nombró a Carmen Aristegui y Donald Trump y su muro.

"Yo soy México", repetía a gritos en varias ocasiones. Acompañada por 15 músicos, la mayoría de ellos el mariachi Juvenil Tecatitlán, la cantante salió al escenario a las 20:10 horas para iniciar su show con "Cielo rojo", ante los ojos de sus amigos Susana Zabaleta, Manoella Torres y Héctor Ugarte, quienes se encontraba entre el público.

La historia no podía contarse sin la colaboración de Alejandro Lugo, como El Cholo, con quien interactuó en distintos momentos. Ya sea la escenografía de un nopal o la pantalla de foto ayudaba a ubicar la escena en un tiempo y espacio, con árboles de un bosque o un mapa de México.

José Alfredo Jiménez fue recordado por los miles de asistentes con "Amanecí en tus brazos", así como otros éxitos del recientemente fallecido Juan Gabriel con "Se me olvidó otra vez", que cantó a coro.

"Cheque en blanco", de Paquita la del Barrio o "Las mil y una noches", de Flans, también formaron parte del show en donde Regina utilizó un vestido con crinolina rojo y detalles dorados mientras el filme de un baile con su cara junto a la de Damián Alcázar montadas se mostraba en video.

Otros famosos que aparecieron entre su humor fueron El Komander y Julión Alvarez ya que mientras que al primero dijo que ayudó a enseñarle poesía y letras hispánicas y al segundo a lavar y planchar, refiriéndose cuando en el pasado el cantante ofreció unas declaraciones por las que fue criticado.

En lo que Orozco fue a cambiarse a un vestuario azul con blanco, se realizó un karaoke con la presencia de tres participantes. Al volver, "No" conquistó a todos y la parte más alegre tuvo el ritmo de "Yo no fui" y "Bésame morenita".

La improvisación no estuvo de lado al tapar problemas con el sonido, pero eso no importó a nadie, ya que incluso le aplaudieron. Nuevamente sonó El Divo de Juárez con "De mí enamórate", "La diferencia", "La farsante", pues fue claramente uno de los compositores que más cantó.

"Muchas gracias a todos. Para mí usar la palabra amor la consideraba cursi, trillada, como de Coca Cola, pero en mi experiencia de esta vida el amor es esencial para poder vivir verdaderamente y yo Regina del Sagrado Corazón Orozco Mora, porque así me llamo, quiero agradecerle a México y quiero pedirles que lo amemos. Yo necesito que amemos a México porque podemos hacerlo, porque somos más amorosos que los malosos. Yo soy México", expresó.

Para el cierre incluyó "Paloma negra" hasta que por fin apareció su charro, o sea, Damián Alcazar en un video explicando la historia. Y así, en su tercer vestuario, Regina para cerrar a las 22:40 horas con "Sólo hay que quererte un poquito más, mi México", hecha por su hija a la que subió al escenario junto a Manoella Torres y Susana Zabaleta.

"Tienes una voz hermosa, te sale de lo más profundo del corazón. Me ha tocado estar con grandes compañeras, pero Regina tu corazón es enorme", le dijo Torres para interpretar todas juntas "Virgen de media noche" y "Bésame mucho" antes de terminar su concierto para dar una firma de autógrafos, aunque complació con algunas canciones más por los gritos de "otra".

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