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cristina.pineda@eluniversal.com.mx
Los Ángeles.— Algunos dramas llevados a la televisión muestran a la tecnología como parte de la vida de las personas pero no piensan en cómo, en el mismo punto que las ayuda, las ha afectado en su nivel de socialización.
Esa es la premisa de Black Mirror, que es creada ni más ni menos que por un amante de los videojuegos.
Charlie Brooker ha sido ganador de premios de periodismo por su satírica en Inglaterra, pero ahora está a cargo de escribir los guiones para un programa que llega a por primera vez a Netflix a partir hoy, en su tercera temporada, ya que anteriormente fue transmitida por la BBC.
La actualidad es el punto que se fija como partida, por lo que en su discurso el creador no deja de lado el fenómeno mundial que desató Pokémon Go, así que confirmó que tendrá cabida en los nuevos episodios.
“Estamos haciéndolo y no es sobre la aplicación en sí sino una historia fantástica que tiene que ver con ello. Ahora todo el mundo habla de eso, es el videojuego de moda”, explicó.
Lo más importante, analiza el creador, es la esencia sorpresiva que deja cada historia porque aunque tienen un común denominador no son consecuentes y se pueden ver sin llevar algún orden cronológico.
Muchas veces han llegado a los extremos del horror, pero Brooker justifica que en ocasiones es necesario para crear un contraste lo suficientemente atractivo para el espectador.
“No estamos tratando de decir que la tecnología es lo máximo porque ésta no desarrolla a las historias ni es parte importante de ellas, se utiliza en el lugar que lo haría la magia.
“Lo que realmente importa es el drama humano, los dilemas y el qué pasaría si yo hiciera tal o cual cosa...”, argumentó.
La productora Annabel Jones coincide con su colega y adelanta un poco de lo que se verá: una marca que refleja diversidad y visiones desde diferentes géneros, desde lo más dulce, algo global o una historia de detectives.
“Todo se dice de una manera contemporánea porque es todo lo que ha cambiado con este mundo moderno en el que vivimos.
“Por ahora somos únicos en este show, porque nos envolvemos en la idea que es explosivo”, comentó.
A los creativos no les preocupa que un producto originalmente lanzado y pensado para la sociedad de Reino Unido sea transmitido para Estados Unidos y el resto del mundo porque habla de una generalidad.
Por medio de seis capítulos es que tomaron la oportunidad que les dio Netflix, a la cual consideran como una plataforma cada vez más grande que se acopla a ellos al ofrecer contenidos para diferentes gustos y con diversas formas de contarse.
“Ellos están reviviendo shows ambiciosos y a los que les ven proyección como el caso de Gilmore Girls. Definitivamente apoyan el talento y a los escritores, lo cual es algo bueno porque es el progreso de un nuevo modelo, en donde el público ve los contenidos on demand y en stream, ellos eligen qué ver.
“La reputación sube para nosotros al trabajar para Netflix porque hay una línea entre las películas y las series, sin que implique un gran reto como lo es un largometraje. Se están acomplando las nuevas maneras de hacer una serie y es muy libre para lo que nosotros hacemos, que es una propuesta que va por episodios”, afirmó Jones.