En 1998 Juan Gabriel dijo a los asistentes a su concierto en Bellas Artes que no deseaba verlos tristes sino alegres, cantando y bailando. Pasaron 18 años para que, desde su pequeña caja de madera, y convertido en cenizas, lo volviera a hacer aunque no únicamente lo que dura un recital sino por casi 29 horas continuas.
Setecientos mil asistentes, la mayoría de ellos considerados en la explanada del Palacio durante las jornadas, escucharon a casi dos decenas de intérpretes, como el Mariachi Gama 1000, la Única e Internacional Sonora Santanera o Laura Zapata, entonando repertorio del michoacano fallecido hace semana y media.
El desfile frente a su morada, con la Virgen en el centro, se convirtió en procesión, donde los celulares y tablet, llegaban encendidas para captar el momento, el recuerdo, y la selfie.
“¡No disfrutan el momento!”, exclamó una voz de entre el anonimato.
Pero a nadie importó: los siete segundos que alguien se tardaba en pasar por enfrente de los restos eran utilizados en proporción de cinco a uno, para llevarse el recuerdo.
No fue el caso de ella, dijo Diana Amezcua, quien llegó por la madrugada y tardó casi cinco horas en pasar al recinto de las artes.
“Sólo vine a decirle hasta luego, porque con él me enamoré”, dijo acompañada de su esposo, quien sólo sonreía al oirla.
En ese periodo nocturno, sobre las pantallas gigantes, se exhibió hasta en cinco ocasiones el concierto de Juanga en Bellas Artes, lo cual tenía hastiados a los elementos de seguridad que guardaban el orden.
Entre las siete y nueve horas de la mañana fue un buen momento para llegar. Desde alguna de las entradas colocadas a las orillas de la Alameda, hasta pararse frente al Palacio tras un laberinto hecho con vallas, la gente tardaba cerca de 15 minutos en caminata normal.
Ya adentro se reducía a cerca de 120 segundos, 115 de los cuales eran usados para tomarse fotos al lado de un back colocado en el lobby del Palacio, con la imagen de Juanga feliz y subir y bajar la escaleras de entrada y salida.
Ahí algunos grupos le gritaban porras o algún espontáneo llegaba cantando “Abrázame muy fuerte”, “Yo te recuerdo” o “Amor eterno”.
Esta última canción fue la más interpretada desde el lunes que llegó procedente de Ciudad Juárez y a donde viajó ayer mismo para que esta tarde sea depositada la urna en su casa que se convertirá en museo.
“Ha sido una fiesta respetuosa en homenaje a los hacedores de la cultura, donde nos reunimos miles de de personas para decir adiós”, dijo Rafael Tovar y de Teresa, secretario de Cultura, poco antes de concluir el evento.
El mismo funcionario fue quien recordó lo dicho por El Divo en 1998.
La productora teatral Tina Galindo montó guardia y los líderes de la Asociación Nacional de Intérpretes acudieron para indicarle a la familia los trámites que debía hacer para cobrar regalías generadas por los cientos de canciones escritas por el michoacano.
En las guardias se turnaron famosos como Emir Pabón, de Grupo Cañaveral o Diego Verdaguer. Entre los asistentes se vio a los actores Humberto Elizondo, Aurora Clavel y Enriqueta Jiménez La Prieta linda, quien dijo sentirse tan afectada que se retiró a descansar.
Algunos le ofrecían sus condolencias a Mane de Gomar, quien tuvo amistad con Juan Gabriel, sentado en la primera fila de los dolientes, hasta que llegó Jesús Salas, representante en vida del autor de “Siempre en mi mente”.
“No tengo palabras, Alberto está conmigo, con nosotros y en el corazón siempre, hay que quererlo y respetarlo”, dijo De Gomar brevemente, a la prensa.
Una emotiva versión de “Las golondrinas” por parte de la soprano Olivia Gorra, retumbó mientras los asistentes lloraban y recordaban.
La Orquesta Sinfónica del Estado de México, así como el Coro del Teatro de Bellas Artes, también participaron en el ámbito musical.
Silvia Pantoja y Miguel Alemán eran algunos de los nombres que podían verse en los diversos arreglos florales enviados para la ocasión.
A las 21:36 horas, la caja fue levantada y sacada del lugar. Afuera el Mariachi Mi Tierra siguió tocando y la gente, como pidió Juanga en su momento, hace 18 años, feliz, cantando y bailando sus canciones.