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La duda surge en las redes sociales y entre la gente que observa la fila de más de cien personas a un costado de Bellas Artes a las ocho de la mañana. ¿Qué pasa que mientras unos van al trabajo, otros están ahí formados, sacudiéndose el frío?
Muchas cosas. Muchos momentos. Muchas despedidas. Un romance. Un beso. Algo pasa.
La manta que reza “Club mundial fans Juan Gabriel” se balancea mientras un grupo de asistentes entona “Siempre en mi mente”. Están contentos pese a que casi todos llegaron a las nueve de la noche del domingo. Dora Sánchez, la autora de la manta, por ejemplo, quería viajar de Monterrey a la Ciudad de México en cuanto supo del fallecimiento de Juan Gabriel. “Desde que fui niña me gustó Juan Gabriel, tengo 40 años de ser su fan”, dice como quien habla de un pariente muy querido que se ha ido. Y cómo no, si esa canción de “Ha llegado un ángel” le revive el momento en el que nació su hija.
Sobre la incineración de los restos del cantante, opina: “Juan Gabriel es nuestro. Alberto es de su familia y su familia tiene todo el derecho de tomar la decisión que crean más conveniente. Nos lo han dejado siempre y él nos dio todo, hasta el último día de su vida”.
Ana María Reyes llora cuando dice que el ramo de rosas que carga es para dejarlo a Juan Gabriel cuando pase a despedirse. No le importa que la regañen, dice. No lo conoció en persona ni fue a sus conciertos pero para ella, Juanga es simplemente la voz que sonaba hace mucho, desde que su esposo la conquistó.
El chico que usa el saco negro de lentejuelas y que canta, también está de luto, se llama Carlos, tiene 15 años y para él usar ese traje es un orgullo. Dice que es compositor y que lo decidió por culpa de El Divo. “Nunca pude decirle ‘Maestro Alberto, usted es mi ejemplo a seguir’, yo sentí su muerte como si hubiera sido alguien de mi familia porque así es”, platica. En la fila, más adelante, un señor saca de la bolsa de su pantalón una hojita a rayas doblada varias veces. Es una canción que escribió hace unos meses y que quería entregarle en su próximo concierto a Juanga, pero se adelantó. “Dios te puso en este lindo país con tu sabiduría y talento para cantar la poesía de tu vida y tu sufrimiento al pueblo mexicano y al mundo entero”, dice su canción.
Otro visitante de Cuernavaca se lamenta de no haber acudido nunca a algún concierto, de ahí que una noche antes decidiera viajar con su familia para despedirse.
Tal vez muchos tengan dudas de por qué esa gente estaría formada tantas horas, pero a esa gente sólo le basta echar a andar la memoria para saberlo.