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Juan Gabriel era de no ir a casi ningún velorio. Él siempre decía que los homenajes y el amor se tenían que demostrar en vida”, confía Jas Davael, quien figuraba entre el círculo pequeño de amistades del artista.

La última vez que el español vio a El Divo de Juárez fue hace dos semanas en Puebla y no pensaba que fuera una despedida.

“Le decía todo lo que lo amaba, mi despedida siempre es un te amo. Mi corazón y mi mente está más que tranquila y orgulloso de que le he dicho lo que sentía”, expresó conmovido por la sorpresa de su fallecimiento.

Aunque varias veces se les relacionó sentimentalmente, él consideraba al cantante como un padre de quien está agradecido por ayudarlo en todos los aspectos en su vida y en su carrera artística que mudó hacia México.

“Me he quedado huérfano. Se ha ido mi amigo, el apoyo incondicional, mi padre, la persona que ha estado ahí fiel y sin pedir nada a cambio. Voy a luchar porque va a costar trabajo, pero nada que no sea posible porque sé que él desde donde esté lo que quiere es que yo siga cantando sus canciones y sobre todo verme sonreír.

“Tengo unos días en lo que lo asimilo que salgo y miro al cielo para decirle ‘qué bonito que nos acostumbraste a vivir contigo pero te has ido en silencio y encima no nos preparaste a cómo se vive sin ti’”, dijo.

Lo que más le emociona es recordarlo como un homenaje al ser humano humilde que conoció, porque para él no existe un artista ni un ser más amado, más querido y más venerado.

“Había otra personita que creo que no tenía más de diez años que era Alberto Aguilera. Era una persona que se chiqueaba si le decías algo; yo soy muy apapachador, de abrazar, de besar, de decirle cosas, y siempre me decía ‘ya déjame, odio el entusiasmo’, le encantaba pero todo era porque le daba pena. Nadie imaginaría que era tímido.

“Han sido años a su lado, a veces 24 horas. En últimos años era cuando lo podía alcanzar, pero la comunicación siempre estaba directa. ¿Qué voy a extrañar? Despertar, desayunar, si estábamos en Cancún, que era su lugar preferido, caminar en la playa, ver películas. Los homenajes le gustaban en vida”, indicó.

“Si hay algo que le gustaban eran los dulces, eso es un punto extra al alma juvenil que siempre tuvo. A él no le entregues un cuadro o un reconocimiento, era feliz con una caja de chocolates que eran su perdición, lo que lo volvía loco. Todos eran sus favoritos, el problema era cuál no le gustaba, aunque el amargo le fascinaba”.

Al ser tan cercano detalla los problemas de salud que el compositor tenía; sin embargo, afirma que ninguno de ellos le hacía presentir que tendría un trágico final y mucho menos tan rápido como fue lo que sucedió.

“Tenía muchos resfriados incurables y últimamente no te voy a negar que estaba cansado, era algo más que evidente. Era uno de sus mejores momentos, aunque toda su vida artísticamente siempre ha sido espléndida, pero ahora se encontraba con muchos sueños por llevar a cabo; grabó duetos con muchos artistas que, estoy seguro, saldrán”.

Desde 2007 su relación se hizo cada vez más estrecha y ahora él tenía pensado rendirle homenaje con un disco de arreglos distintos de sus éxitos, además de una canción inédita que Juan Gabriel hizo especialmente para él, que saldrá en octubre.

“Es muy difícil saber que ya no voy a tener un correo de él en donde me felicite, me regañe después de cada show”, dijo.

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