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Ciudad Juarez.— Ya no se escuchan los gritos de los niños, no hay ensayos, ni maestros de música enseñando las primeras notas.

El lugar luce desolado, en el abandono; lo que fue el reflejo del amor de Juan Gabriel por su tierra adoptiva, hoy es recuerdo de un proyecto fallido.

Es el albergue Semjase, fundado en 1987 por el finado cantante, el cual desde entonces aportó los recursos para que cientos, tal vez miles de pequeños huérfanos tuvieran techo, alimento, escuela, y formación musical.

Sin embargo, por causas no del todo claras, hace un año cerró sus puertas y los niños entregados a otros orfanatos, o con familiares en el caso de que tuvieran parientes cercanos como abuelos o tíos que pudieran hacerse cargo de ellos.

La diputada local Laura Domínguez, quien fue cercana amiga de Juan Gabriel y colaboradora del Semjase, explicó que al parecer el también compositor decidió retirar su apoyo debido a que los administradores del lugar estaban haciendo un mal manejo de los recursos.

Al exterior del sitio se quedó colocada una enorme manta con la foto de Alberto Aguilera, la fachada luce sucia, y hay varias ventanas rotas.

La hierba ha crecido, un solitario velador cuida el sitio, pero sólo para evitar que el mobiliario sea robado, ya que al interior permanecen las camas, la cocina, las sillas, y muebles en general.

El paso no está permitido, pero por una ventana se distingue un salón, con sus bancas y hasta en el pizarrón hay apuntes de la última clase que se llevó a cabo en el aula.

Cuando estaba en operaciones los niños recibían las atenciones necesarias, e incluso eran llevados todos los días a una primaria cercana.

En diversos eventos realizados en los 18 años que funcionó, los pequeños lograron conmover los corazones de los juarenses, debido a la gran calidad musical e interpretativa con que contaban. De hecho grabaron varios discos que vendían en sus actuaciones.

Juan Gabriel siempre habló de ellos como “sus hijos”, y de hecho en gran medida así fue, ya que la mayor parte de ellos no tenía padres, o habían sido abandonados por éstos.

Sólo una parte sí tenía familia pero, al ser de condiciones precarias, era mejor que estuvieran en el Semjase para garantizar su manutención.

Luego de que se retirara el apoyo del artista el lugar logró sostenerse un tiempo, gracias a donativos de empresas privadas y diversos eventos de recaudación de fondos que hicieron voluntarios, como cenas de gala entre otros.

Sin embargo rápidamente comenzaron las carencias, al grado que parte del personal empezó a trabajar sin cobrar honorarios, y algunas deudas se elevaron de forma inoperable, tan sólo el servicio de agua potable se elevó hasta los 300 mil pesos de moratoria.

De acuerdo con la diputada Domínguez, el artista antes de morir tenía la intención de retomar el beneficio para Semjase, sin embargo pretendía que fuera bajo un nuevo esquema.

Para ello se iba a llevar a cabo una reunión entre el equipo cercano de Juan Gabriel y representantes del patronado, sin embargo el súbito fallecimiento llegó antes de que se concretara el nuevo proyecto.

Integrantes de la Fundación del empresariado Chihuahuense declararon que tras la muerte de Juan Gabriel comenzarán a diseñar un estrategia para intentar volver a poner en operación el albergue, con la misma intención de brindar un hogar a los niños y seguir formándolos artísticamente.

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