Más Información
espectaculos@eluniversal.com.mx
Como espejo de lo que la sociedad mexicana debate hoy, el ambiente del espectáculo se divide entre los que apoyan la iniciativa para legalizar las bodas entre personas del mismo sexo a nivel nacional y quienes, por el contrario, lo consideran una “ofensa moral”.
El actor Mauricio Martínez, quien se casó con Emilio Solís en la Ciudad de México en 2014 —luego se divorció—, considera que es necesario que se reconozcan los derechos de la parejas del mismo sexo, por lo que espera que la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto prospere.
“Creo que ya era necesario, era momento de hacerlo, yo lo aplaudo, lo apoyo al 100%, el que esté en la Constitución es lo único que faltaba, te lo dice un hombre que ya se casó en la Ciudad de México, que ya se casó en su país, soy pro al 1000%”
En el otro extremo del debate está Paco del Toro, director de películas como Pink, —que abordó el tema de la adopción de niños en parejas del mismo sexo— y Cicatrices, quien prefiere apegarse a su religión y respetarla.
“Qué puedo decir... me dicen que soy homofóbico, pero no es así, sólo digo lo que dice Dios. Lo que creo es que quieren ponerlo en libros de texto y entonces el niño dirá que puede sentir algo por alguien de su mismo sexo, darle un beso y creo no debe ser así. Es un tema que debe discutirse”, opina.
La polémica entonces enfrenta a una comunidad que reclama sus derechos legales contra un sector que defiende sus creencias religiosas.
Así que Daniel Kim, productor del musical Amar y querer y que es cristiano, señala contundente:
“Tenemos que apegarnos a las creencias y a las leyes de Dios y el matrimonio entre homosexuales no está en ellas.
“Yo respeto las preferencias de las personas, pero no estoy de acuerdo, porque no somos creados así. Incluso estoy en contra de que las parejas homosexuales adopten niños, porque ellos no pueden crecer así”.
No todo, sin embargo, es negro y blanco. Lucía Méndez, quien es católica también ha sido reina de la comunidad gay. Ella asegura que prefiere no juzgar y respetar a quienes la han apoyado durante décadas.
“(Hablamos de) dos personas que han luchado no solamente en el amor sino que han luchado por tener sus cosas, por comprar sus propiedades, tener su casa, comprar sus muebles, todo lo han hecho juntos.
“Lo demás no juzgo porque yo no opino ni soy nadie, el único que tiene la última palabra es Dios”.
Opuesto a ella y basado precisamente en su fe, es el actor Eduardo Verástegui, quien ha manifestado su rechazo a las uniones gays no sólo en México sino en Estados Unidos, en donde actualmente vive y en donde el año pasado se promulgó una ley similar.
“Ante las leyes de Dios, el matrimonio tiene que ser estrictamente la unión entre un hombre y una mujer, pues lo demás es profano”, dijo el año pasado a CNN.
Para Mauricio Martínez, sin embargo, el asunto no pasa por las creencias sino los beneficios legales: “De entrada, aunque ya nos podíamos casar (en la Ciudad de México), la nueva iniciativa nos dará muchos beneficios, y no sólo será reconocido a nivel estado sino a nivel país, y eso ya trae todos los benéficos que cualquier pareja casada tiene a nivel nacional, lo cual es muy importante, como que ya puedes heredar, pueden comprar cosas juntos, puedes proteger a tu pareja”.
Por eso mismo, Lucía Méndez antepone su apoyo a esa comunidad:
“El matrimonio es que los gays tienen todo el derecho de ser pareja, poner su vida en orden, pagar sus impuestos, ser personas como lo que son: talentosas y sensibles”.