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Un día Carla Morrison reparó en la mayoría de los anuncios publicitarios. En todos ellos vio gente cuyo parecido no existía con los latinos.
“Fue algo que me empezó a preocupar y disgustar, ¿por qué estamos celebrando eso? La piel morena es como la azúcar morena, es súper bonita y súper rica.
“Sentí que nadie ha hablado del tema de que cuando vas en la calle toda la promoción de las películas y esas cosas no tienen a gente morena, siempre hay güeros, cuando en realidad los latinos y los mexicanos somos de piel morena”, dice.
De esta forma, Morrison concibió la canción “Azúcar morena”, (la cual ya tiene video musical en YouTube). El tema no sólo habla sobre el color de la piel, también hace referencia a la mujer, aquella que tiene la posibilidad de ser sensual.
“La mujer puede ser sensual, coqueta y eso no la hace una fácil. Una mujer puede ser sexy, también tiene deseos sexuales y deseos de ser sensual y por eso nadie tiene derecho a juzgarla”.
Ambos temas son corrientes en estos días, en donde la discriminación y la violencia contra las mujeres se han hecho resonar.
“Me preocupa que esté pasando tanto últimamente, cuando yo juraba que era cosa del pasado, esto del racismo no sólo del color de la piel, de religiones, tantas cosas que yo pensé que habíamos aprendido a respetar. Y sobre todo yo que vivo no sólo en un país, en una industria muy misógina”, expresa.
La cantautora de 30 años (recién cumplidos) cuenta que a pesar de haber ganado dos Grammy Latinos y haber sido nominada a un premio Grammy en 2013 sigue sin asegurar su lugar en la industria musical.
“Yo personalmente sí siento que hay oportunidades que no se logran, porque como no soy parte de una disquera es como si mi trabajo no fuera legítimo”, expresa.
Para la originaria de Tecate, Baja California, la industria musical aún tiene prácticas que atentan en contra de la dignidad femenina.
“Curiosamente, en algunos festivales o shows siempre pueden tocar muchas bandas, y cuando hay dos chicas las confrontan. Sé que también hay artistas que permiten esto, no sé si sea por ignorancia”, dice.
Además de este ejemplo, la cantante sabe de primera mano que varios productores musicales recurren a prácticas poco profesionales a la hora de trabajar con chicas.
“Mi novio es productor musical y me ha contado las historias que le llegan, de chicas sorprendidas porque él no les pide favores, no como otros productores, aunque sé que tampoco son todos”, aclara.
La madurez y las historias tristes. Parecería que las canciones de Carla Morrison son tristes, incluso se podría decir que no sólo es ella. Temas de Ximena Sariñana, Julieta Venegas y Natalia Lafourcade tienen melancolía en sus historias.
“No me interesa que la gente me catalogue. Definitivamente la mayor parte de mi música es triste, pero eso no significa que se quede triste. Cuando uno enfrenta crisis la única forma en la que puedes sentirte mejor, y la mayoría de los comentarios que puedo recibir es que gracias a mis canciones pudieron salir adelante, creo que la finalidad de mi música siempre ha sido que la gente pueda transitar a la felicidad”.
La reflexión no termina ahí. A pesar de que todas las personas pasan por momentos tristes en sus relaciones amorosas, sí parecería que hay una generación de personas tristes.
“Uno se inspira más en los momentos tristes, que cuando eres feliz, porque estás ocupado siendo feliz. En las generaciones anteriores a nosotras, los hombres no han sido educados propiamente y hay la carencias de tratar bien a la mujer”, comenta.
En noviembre del año pasado, Carla Morrison lanzó su segundo material discográfico titulado Amor supremo, en donde la cantautora pudo mostrar la madurez que ha tenido.
“Sí fue un cambio de mi anterior trabajo a éste. De alguna manera mi público se ha expandido. Diferente países me están pidiendo y en Estados Unidos. En cada parte del mundo me reciben de diferente manera”, confesó.
Carla Morrison anunció que ofrecerá el 19 de agosto una presentación gratuita en el Zócalo de la Ciudad de México dentro de la Semana de las juventudes y seguirá su gira en Estados Unidos y España.
