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A Juan Ignacio Aranda no le molestó, ni sorprendió, que su hija Sofía de 20 años se quitara el apellido para debutar ayer en teatro con la puesta infantil Scooby Doo: misterios musicales.

El actor de El señor de los cielos y El crimen del Padre Amaro se enteró un día del cambio Aranda a Montaño y hasta le gustó.

Juan Ignacio es hijo del primer actor Ignacio López Tarso.

“Yo mismo me quité el López porque es un apellido muy común y porque López Tarso es muy fuerte”, recordó entre risas.

“A ella no le dije nada, ni me consultó, pero suena bonito, Montaño es un apellido que se escucha bien”, reiteró el histrión.

Sofía Montaño, de 20 años, interpreta en Scooby Doo: misterios musicales a Vilma, la intelectual de lentes que acompaña a Daphne, Fred, Shaggy y el gran danés cobarde, en la resolución de misterios que involucra fantasmas y monstruos.

“Es que canta muy bonito”, señala orgulloso Aranda, “no es porque sea su papito, pero canta muy bien el jazz, el ranchero y audicionó”.

“Sofía me preguntaba qué era eso de Scooby Doo y pues a ella no le tocaron esa clase de caricaturas y le decía que era un perro medio miedoso ¡y que se queda, siendo la única participante principiante!”, agrega.

Scooby Doo está basada en la serie televisiva sesentera, que en México fue un éxito y luego creció al incrustarse entre los personajes a un cachorro llamado Scrappy Doo.

Sofía inició su preparación actoral a los dos años, gracias a una escuela fundada por sus padres.

A Xcaret. Aranda informa que en octubre su hija y papá trabajarán juntos en el Festival de Vida y Muerte de Xcaret, con una puesta en escena que escribe y dirige.

La obra se estrenó hace dos años en el mismo lugar, incluyendo mariachi, que repite en esta ocasión.

“Digamos es el regreso de López Tarso a los corridos, esa vez le conseguí un mariachi enorme, 15 músicos, una banda y que se echa cinco o seis corridos, entre tumbas, vivos y muertos”, contó el actor.

“No podría presentarse en la Ciudad de México, pero sí en Xcaret donde estará de nuevo el 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre, estaremos mi papá y mi hija, cantando, en una gruta donde hay un río subterráneo que se ilumina”, detalló.

Su papá bien. Por prescripción médica, el padre del actor, Ignacio López Tarso, tuvo que bajar su ritmo de trabajo actual.

La semana pasada se incorporó al montaje de Un Picasso, tras una operación a causa de tumor cancerígeno en el colon.

“Daba dos funciones de viernes a domingo, ahora sólo tiene que dar una en viernes y sábado”, dice.

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