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cristina.pineda@eluniversal.com.mx
Tan sólo en un año, George Clooney ganó la cantidad de 58 millones de dólares, consagrándose como el actor mejor pagado.
El estadounidense, que hoy cumple 55 años de edad, se ha consolidado como uno de los más buscados en Hollywood pese a que como todos al inicio tuvo que picar piedra.
Además del dinero, lo que todos buscan es el reconocimiento a su trabajo, como los premios. A él no le faltan: ha conseguido dos premios Oscar, cuatro Globos de Oro y un BAFTA, por los personajes que ha encarnado del cine y la televisión.
Hijo de un presentador de televisión y una reina de belleza y concejal, aprovechó esos recursos para asistir desde temprana edad a los sets de grabación. Sin embargo, su pasión se inclinó hacia deportes como el baloncesto y el béisbol, este último lo incitó al grado de estar en el equipo de su ciudad aunque no pudo pasar de la primera ronda para volverse profesional.
Tras este fracaso acudió a la Northern Kentucky University para estudiar Periodismo, aunque no se graduó. Incitado por su primo, pues viene de una familia cercana al arte, se mudó a Los Ángeles a los 21 años y comenzó a hacer papeles secundarios o de extra hasta que le llegó la oportunidad de su vida: interpretar al pediatra Douglas Ross dentro de la aclamada serie ER.
Con la fama en el bolsillo las oportunidades comenzaron a llegar. Clooney formaba parte del reparto con grandes directores y actores como sigue siendo hoy día, pues está próximo a estrenar (el 3 de junio en las salas mexicanas) su último thriller El maestro del dinero, junto a Julia Roberts y dirigido por Jodie Foster, que casualmente recuerda a su primer protagónico en Del Crepúsculo al amanecer (1995), de Robert Rodríguez.
En 1997, bajo la dirección de Joel Schumacher, incursionó en el cine de cómics con la película Batman y Robin, en la que interpretó al excéntrico Bruce Wayne, y compartió la pantalla con Uma Thurman.
En 1998 participó al lado de Sean Penn y Adrien Brody en La delgada línea roja; también en ese mismo año trabajó en Un romance peligroso. A decir del actor, ésta última es la película que más le ha gustado protagonizar.
Ya reconocido, se forjó en otras facetas tales como la de productor (en Pandilla de fracasados, en la que se asoció con Steven Soderbergh —2002—) y como director con Confesiones de una mente peligrosa (2002) y Buenas noches y buena suerte (2005), en donde también resaltó.
En 2014 se casó con la abogada de origen libanés Amal Alamuddin, quien comparte sus ideales activistas pues George es Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas desde 2008 y se ha preocupado por la humanidad, como hace unos días en una ceremonia para conmemorar los 101 años de la masacre de 1.5 millones de armenios a manos de los turcos otomanos.
